sábado, 15 de julio de 2017

La primera novela de Michel Houellebecq titulada  AMPLIACIÓN DEL CAMPO DE BATALLA.
Como ya nos tiene habituados el autor, es más de su misma personalidad impetuosa, aunque hay que ser consciente que este es el principio , es su primera novela. Recibio el Prix Flore de primera novela.
Un informático, soltero, con problemas de soledad personal y sexual, nos introduce en su mundo y a su vez en el de sus compañeros donde se mete a saco. Como de costumbre vuelve todo del reves y es lo mas politicamente incorrecto que se puede ser. Algunas anotaciones:
-En el plano sexual, por el contrario, el éxito no es tan deslumbrante. He tenido varias mujeres, pero durante periodos limitados. Desprovisto tanto de belleza como de encanto personal, sujeto a frecuentes ataques depresivos, no respondo en modo alguno a lo que las mujeres buscan de forma prioritaria. Por eso siempre he sentido, con las mujeres que me abrían sus órganos, una especie de leve reticencia; en el fondo yo apenas representaba para ellas otra cosa que un remedio para salir del paso. Lo cual no es, como reconocerá cualquiera, el punto de partida ideal para una relación duradera.

-Además de los dientes estropeados tiene el pelo sin brillo y unos ojos menudos que chispean de rabia. Ni pecho ni nalgas perceptibles. La verdad es que Dios no ha sido amable con ella.
-"Dios quiso desigualdades, no injusticias", decía la inscripción. Me pregunté quién sería esa persona tan bien informada de los designios de Dios.
-A pesar de su juventud, produce una notable impresión de seriedad. Toma notas durante toda la mañana, a veces en los momentos más inesperados. Es, obviamente, un director, o al menos un futuro director.
-Que la libertad no era otra cosa que la posibilidad de establecer interconexiones variadas entre individuos, proyectos, organismos, servicios. Según él, la libertad máxima coincidía con el máximo número de elecciones posibles. En una metáfora que había tomado prestada a la mecánica de los sólidos, llamaba a estas elecciones grados de libertad.
-El comparaba en cierto modo la sociedad a un cerebro, y los individuos a otras tantas células cerebrales, y para las que resulta deseable establecer un máximo de interconexiones. Pero ahí terminaba la analogía. Porque era un liberal, y no muy partidario de lo que en el cerebro es tan necesario; un proyecto de unificación.
-En la adolescencia la violencia del estallido inicial hace que el resultado del conflicto pueda ser incierto durante muchos años; es lo que se llama, en electrodinámica, un régimen transitorio. Pero poco a poco las oscilaciones se vuelven más lentas, hasta convertirse en ondas anchas, melancólicas y dulces; a partir de ese momento ya está todo dicho, y la vida ya no es más que una preparación a la muerte. Lo cual puede expresarse de forma más brutal y menos exacta diciendo que el hombre es un adolescente disminuido.
-La vagina, al contrario de lo que su apariencia pueda hacer pensar, es mucho más que un agujero en un pedazo de carne.En realidad la vagina está, o lo estaba hasta hace poco, al servicio de la reproducción de las especies. Sí, de las especies.
-En un sistema sexual que prohíbe el adulterio, cada cual se las arregla, más o menos, para encontrar su compañero de cama. En un sistema económico perfectamente liberal, algunos acumulan considerables fortunas; otros se hunden en el paro y la miseria. En un sistema sexual perfectamente liberal, algunos tienen una vida erótica variada y excitante; otros se ven reducidos a la masturbación y la soledad.
-Comprar una cama individual es confesar públicamente que uno no tiene vida sexual, y que no cree que la tendrá en un futuro ni cercano ni lejano (porque las camas, en nuestros días, duran mucho tiempo, mucho más que el periodo de garantía), las camas duran, por término medio, mucho más que los matrimonios, la gente lo sabe perfectamente. 
Incluso si compras una cama de 140 pasas por pequeño burgués mezquino y tacaño; a ojos de los vendedores, la cama de 160 es la única que vale la pena comprar; y entonces mereces su respeto, su consideración, incluso una ligera sonrisa de complicidad; sólo te dan estas cosas con la cama de 160.
-Llevaba un vestido muy sencillo, más bien suelto, que no señalaba las formas del cuerpo; estas no lo necesitaban para nada. Las caderas anchas, las nalgas lisas y firmes; la flexibilidad de la cintura que lleva las manos hasta los senos redondos, amplios y suaves; las manos que se posan con confianza en la cintura, abrazando la noble rotundidad de las caderas. Conocía todo eso; me bastaba cerrar los ojos para recordarlo. Hasta el rostro, lleno y cándido, que expresa la serena seducción de la mujer natural, segura de su belleza. La tranquila serenidad de la joven potranca, alegre por demás, pronto a probar sus miembros en un galope rápido. La tranquila serenidad de Eva, enamorada de su propia desnudez, sabiéndose, desde luego, eternamente deseable.
-Estoy atravesando una depresión. Me parece una fórmula afortunada. No es que me sienta muy bajo; es más bien que el mundo a mi alrededor me parece alto.
-Hay un sistema basado en la dominación, el dinero y el miedo, un sistema más bien masculino, que podemos llamar Marte; y hay un sistema femenino basado en la seducción y el sexo, que podemos llamar Venus. Y esos es todo. ¿De verdad es posible vivir y creer que no hay nada más? Maupassant pensaba, y con él los realistas del siglo XIX, que no había nada más; y eso lo llevó a la locura. Si hubiera que resumir el estado mental contemporáneo en una palabra yo elegiría, sin dudarlo, amargura.
-Todo lo que podría haber sido fuente de participación, de placer, de inocente armonía sensorial, se ha convertido en fuente de dolor y sufrimiento. A la vez siento, con una violencia increíble, la posibilidad de alegría. Desde hace años camino junto a un fantasma que se me parece y que vive en un paraíso teórico, en estrecha relación con el mundo. Durante mucho tiempo he creído que tenía que reunirme con él. Ya no.
-Estoy en el ojo del huracán. Siento la piel como una frontera, y el mundo exterior como un aplastamiento. La sensación de separación es total; desde ahora estoy prisionero en mí mismo. No habrá fusión sublime; he fallado el blanco de la vida


En una entrevista que le hacían en TV France 2 en la ultima campaña electoral, en un momento dice "yo creo en la sociedad  de clases, hay una clase que vota LePen, otra que vota Melanchon, otra que vota a Macron y otra que vota a Fillon. Yo soy de la clase que vota a Macron, pues soy muy rico para votar a LePen o a Melanchon y no soy un heredero para votar a Fillon"
("L'Emission politique". Spéciale présidentielle – 4 mai 2017).
es increíble su filosofía de vida aunque lógica hasta decir basta, a algunos no les gustara oir esto pues son omuy ricos y/o herederos y votan a Melanchon.

Titulo original Extension du domaine de la lutte , publicada en 1994
Traduccion : Encarna Castejon Publicada por Anagrama


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