La novela CANTA LA HIERBA de Doris Lessing la Premio Nobel de 2007.
En esta novela la praticultura autora hace un repaso a la vida de los granjeros del Transval, las miserias de estos viviendo en soledad y toda la carga de racismo social.
A esta narradora empedernida llega un momento en que se le va la pinza y vuelve y vuelve sobre el mismo tema de la soledad versus locura de la protagonista. Le sobra un cuarto de la obra.
Destacar los siguientes frases:
-" arrebato de cólera y algo parecido ala satisfacción, como si vieran confirmado un convencimiento, como si se tratara de algo que ya era de esperar. Esto es lo que sienten los blancos cuando los nativos roban, asesinan o violan."
-" La pequeña comunidad de sudafricanos blancos vivía su propia vida y los británicos hacían caso omiso de ellos. Los <<blancos pobres>>eran sudafricanos, nunca británicos."
-" Cuando los colonos viejos dicen: hay que comprender al país, lo que quieren decir es: Debe usted acostumbrarse a nuestras ideas sobre los nativos. En realidad, vienen a decir : Aprenda nuestras ideas o lárguese; no le necesitamos."
-"Vivir con la segregación racial en todos sus matices e implicaciones significa cerrar la mente a muchas cosas."
-" Las mujeres tiene una extraordinaria habilidad para aislarse de la relación sexual, para inmunizarse contra ella de un modo que hace que hace sentir a los hombres humillados e insultados sin que puedan encontrar nada tangible de que lamentarse."
-" Del mismo modo que la Segunda Guerra Mundial produjo los fabulosamente ricos magnates del tabaco, la Primera enriqueció a muchos agricultores gracias a las espectaculares subidas del precio del maíz."
-" La primera ley de los blancos en sudáfrica: No dejaras que tus iguales los blancos desciendan más allá de cierto nivel ; porque, si lo haces, el negro pensará que no sois mejor que él."
Titulo original " The grass is singing " Publicada en 1950
Traducción Pilar Giralt Gorina . Editorial Argos Vergara 2007. ISBN 9788471787309
martes, 24 de febrero de 2015
lunes, 16 de febrero de 2015
Homilía del Papa Francisco en la Misa del 15 de Febrero en presencia de todos los Cardenales
«Señor, si quieres, puedes limpiarme…»
Jesús, sintiendo lástima; extendió la mano y lo tocó diciendo: «Quiero: queda
limpio» (cf. Mc 1,40-41). La compasión de Jesús. Ese padecer con que lo
acercaba a cada persona que sufre. Jesús, se da completamente, se involucra en
el dolor y la necesidad de la gente… simplemente, porque Él sabe y quiere
padecer con, porque tiene un corazón que no se avergüenza de tener compasión.
«No podía entrar abiertamente en ningún
pueblo; se quedaba fuera, en descampado» (Mc 1, 45). Esto significa que, además
de curar al leproso, Jesús ha tomado sobre sí la marginación que la ley de
Moisés imponía (cf. Lv 13,1-2. 45-46). Jesús no tiene miedo del riesgo que
supone asumir el sufrimiento de otro, pero paga el precio con todas las
consecuencias (cf. Is 53,4).
La compasión lleva a Jesús a actuar
concretamente: a reintegrar al marginado. Éstos son los tres conceptos claves
que la Iglesia nos propone hoy en la liturgia de la palabra: la compasión de
Jesús ante la marginación y su voluntad de integración.
Marginación: Moisés, tratando
jurídicamente la cuestión de los leprosos, pide que sean alejados y marginados
por la comunidad, mientras dure su mal, y los declara: «Impuros» (cf. Lv
13,1-2. 45.46).
Imaginen cuánto sufrimiento y cuánta
vergüenza debía sentir un leproso: físicamente, socialmente, psicológicamente y
espiritualmente. No es sólo víctima de una enfermedad, sino que también se
siente culpable, castigado por sus pecados. Es un muerto viviente, como «si su
padre le hubiera escupido en la cara» (Nm 12,14).
Además, el leproso infunde miedo,
desprecio, disgusto y por esto viene abandonado por los propios familiares,
evitado por las otras personas, marginado por la sociedad, es más, la misma
sociedad lo expulsa y lo fuerza a vivir en lugares alejados de los sanos, lo
excluye. Y esto hasta el punto de que si un individuo sano se hubiese acercado
a un leproso, habría sido severamente castigado y, muchas veces, tratado, a su
vez, como un leproso.
La finalidad de esa norma de
comportamiento era la de salvar a los sanos, proteger a los justos y, para
salvaguardarlos de todo riesgo, marginar el peligro, tratando sin piedad al
contagiado. De aquí, que el Sumo Sacerdote Caifás exclamase: «Conviene que uno
muera por el pueblo, y que no perezca la nación entera» (Jn 11,50).
Integración: Jesús revoluciona y sacude
fuertemente aquella mentalidad cerrada por el miedo y recluida en los
prejuicios. Él, sin embargo, no deroga la Ley de Moisés, sino que la lleva a
plenitud (cf. Mt 5, 17), declarando, por ejemplo, la ineficacia
contraproducente de la ley del talión; declarando que Dios no se complace en la
observancia del Sábado que desprecia al hombre y lo condena; o cuando ante la
mujer pecadora, no la condena, sino que la salva de la intransigencia de
aquellos que estaban ya preparados para lapidarla sin piedad, pretendiendo
aplicar la Ley de Moisés.
Jesús revoluciona también las
conciencias en el Discurso de la montaña (cf. Mt 5) abriendo nuevos horizontes
para la humanidad y revelando plenamente la lógica de Dios. La lógica del amor
que no se basa en el miedo sino en la libertad, en la caridad, en el sano celo
y en el deseo salvífico de Dios, Nuestro Salvador, «que quiere que todos se
salven y lleguen al conocimiento de la verdad» (1Tm 2,4). «Misericordia quiero
y no sacrifico» (Mt 12,7; Os 6,6).
Jesús, nuevo Moisés, ha querido curar
al leproso, ha querido tocar, ha querido reintegrar en la comunidad, sin
autolimitarse por los prejuicios; sin adecuarse a la mentalidad dominante de la
gente; sin preocuparse para nada del contagio. Jesús responde a la súplica del
leproso sin dilación y sin los consabidos aplazamientos para estudiar la
situación y todas sus eventuales consecuencias. Para Jesús lo que cuenta, sobre
todo, es alcanzar y salvar a los lejanos, curar las heridas de los enfermos,
reintegrar a todos en la familia de Dios. Y eso escandaliza a algunos.
Jesús no tiene miedo de este tipo de
escándalo. Él no piensa en las personas obtusas que se escandalizan incluso de
una curación, que se escandalizan de cualquier apertura, a cualquier paso que
no entre en sus esquemas mentales o espirituales, a cualquier caricia o ternura
que no corresponda a su forma de pensar y a su pureza ritualista. Él ha querido
integrar a los marginados, salvar a los que están fuera del campamento (cf. Jn
10).
Son dos lógicas de pensamiento y de fe:
el miedo de perder a los salvados y el deseo de salvar a los perdidos. Hoy
también nos encontramos en la encrucijada de estas dos lógicas: a veces, la de
los doctores de la ley, o sea, alejarse del peligro apartándose de la persona
contagiada, y la lógica de Dios que, con su misericordia, abraza y acoge
reintegrando y transfigurando el mal en bien, la condena en salvación y la
exclusión en anuncio.
Estas dos lógicas recorren toda la
historia de la Iglesia: marginar y reintegrar. San Pablo, dando cumplimiento al
mandamiento del Señor de llevar el anuncio del Evangelio hasta los extremos
confines de la tierra (cf. Mt 28,19), escandalizó y encontró una fuerte
resistencia y una gran hostilidad sobre todo de parte de aquellos que exigían
una incondicional observancia de la Ley mosaica, incluso a los paganos
convertidos. También san Pedro fue duramente criticado por la comunidad cuando
entró en la casa de Cornelio, el centurión pagano (cf. Hch 10).
El camino de la Iglesia, desde el
concilio de Jerusalén en adelante, es siempre el camino de Jesús, el de la
misericordia y de la integración. Esto no quiere decir menospreciar los
peligros o hacer entrar los lobos en el rebaño, sino acoger al hijo pródigo
arrepentido; sanar con determinación y valor las heridas del pecado; actuar
decididamente y no quedarse mirando de forma pasiva el sufrimiento del mundo.
El camino de la Iglesia es el de no
condenar a nadie para siempre y difundir la misericordia de Dios a todas las
personas que la piden con corazón sincero; el camino de la Iglesia es
precisamente el de salir del propio recinto para ir a buscar a los lejanos en
las “periferias” de la existencia; es el de adoptar integralmente la lógica de
Dios; el de seguir al Maestro que dice: «No necesitan médico los sanos, sino
los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a que se
conviertan» (Lc 5,31-32).
Curando al leproso, Jesús no hace
ningún daño al que está sano, es más, lo libra del miedo; no lo expone a un
peligro sino que le da un hermano; no desprecia la Ley sino que valora al
hombre, para el cual Dios ha inspirado la Ley. En efecto, Jesús libra a los
sanos de la tentación del «hermano mayor» (cf. Lc 15,11-32) y del peso de la
envidia y de la murmuración de los trabajadores que han soportado el peso de la
jornada y el calor (cf. Mt 20,1-16).
En consecuencia: la caridad no puede
ser neutra, indiferente, tibia o imparcial. La caridad contagia, apasiona,
arriesga y compromete. Porque la caridad verdadera siempre es inmerecida,
incondicional y gratuita (cf. 1Cor 13). La caridad es creativa en la búsqueda
del lenguaje adecuado para comunicar con aquellos que son considerados
incurables y, por lo tanto, intocables.
El contacto es el auténtico lenguaje
que transmite, fue el lenguaje afectivo, el que proporcionó la curación al
leproso. ¡Cuántas curaciones podemos realizar y transmitir aprendiendo este
lenguaje! Era un leproso y se hay convertido en mensajero del amor de Dios.
Dice el Evangelio: «Pero cuando se fue, empezó a pregonar bien alto y a
divulgar el hecho» (Mc 1,45).
Queridos nuevos Cardenales, ésta es la
lógica de Jesús, éste es el camino de la Iglesia: no sólo acoger y integrar,
con valor evangélico, aquellos que llaman a la puerta, sino ir a buscar, sin
prejuicios y sin miedos, a los lejanos, manifestándoles gratuitamente aquello
que también nosotros hemos recibido gratuitamente. «Quien dice que permanece en
Él debe caminar como Él caminó» (1Jn 2,6). ¡La disponibilidad total para servir
a los demás es nuestro signo distintivo, es nuestro único título de honor!
En esta Eucaristía que nos reúne
entorno al altar, invocamos la intercesión de María, Madre de la Iglesia, que
sufrió en primera persona la marginación causada por las calumnias (cf. Jn
8,41) y el exilio (cf. Mt 2,13-23), para que nos conceda el ser siervos fieles
de Dios.
Ella, que es la Madre, nos enseñe a no
tener miedo de acoger con ternura a los marginados; a no tener miedo de la
ternura y de la compasión; nos revista de paciencia para acompañarlos en su
camino, sin buscar los resultados del éxito mundano; nos muestre a Jesús y nos
haga caminar como Él.
Queridos hermanos, mirando a Jesús y a
nuestra Madre María, los exhorto a servir a la Iglesia, en modo tal que los
cristianos – edificados por nuestro testimonio – no tengan la tentación de
estar con Jesús sin querer estar con los marginados, aislándose en una casta
que nada tiene de auténticamente eclesial.
Los invito a servir a Jesús crucificado
en toda persona marginada, por el motivo que sea; a ver al Señor en cada persona
excluida que tiene hambre, que tiene sed, que está desnuda; al Señor que está
presente también en aquellos que han perdido la fe, o que, alejados, no viven
la propia fe; al Señor que está en la cárcel, que está enfermo, que no tiene
trabajo, que es perseguido; al Señor que está en el leproso – de cuerpo o de
alma -, que está discriminado. No descubrimos al Señor, si no acogemos
auténticamente al marginado.
Recordemos siempre la imagen de san
Francisco que no ha tenido miedo de abrazar al leproso y de acoger aquellos que
sufren cualquier tipo de marginación. En realidad, sobre el evangelio de los
marginados, se descubre y se revela nuestra credibilidad.
domingo, 15 de febrero de 2015
23 Enero 2013
La duda que me queda es si se trata de la ideología de
un grupo minoritario de musulmanes fanáticos, o si es algo propio del islam,
algo que sacó directamente de las enseñanzas de Mahoma y del Coran.
El islam es la religión de mil quinientos millones de
personas, el 20% de la población mundial. Evidentemente no todos son
terroristas. La mayoría de los musulmanes vive su vida pacíficamente. Se dedica
a lo que nos dedicamos todos: a preocupaciones cotidianas. El islam para muchos
de ellos es una fuente espiritual, o parte de un legado cultural que han
recibido de su familia.
La mayoría de los musulmanes son pacíficos, pero cada
día nos llegan noticias de nuevos ataques mortales perpetrados en nombre del
islam. Desde el 11 de Septiembre 2001ha habido 20279 ataques terroristas en el
mundo perpetrados por musulmanes en nombre del Islam. Con cada uno de estos
atentados nos volvemos a enfrentar a la pregunta: ¿Es el terrorismo un problema inherente al islam o es un problema de
fanatismo?.
Frente a esta pregunta hay muchas posturas.
·
En
un extremo está el que piensa que
el problema es el Islam.
·
Algunos
dicen que no es un problema de la religión sino un problema cultural.
·
Para
la mayoría el problema no es ni de
la religión ni de la cultura, es un problema de fanatismo.
·
Los
hay que defienden el islam como una religión de paz porque conocen a varios
musulmanes que viven en su ciudad.
·
Después
hay un grupo que considera que
cualquier crítica al islam como ideología es una forma de racismo. Son
los que acuñaron el término islamofobia.
Hay que saber diferenciar
entre una ideología y quienes la practican. La religión judía estipula que el judío debe
circuncidar a sus hijos varones. Si un judío decide no hacerlo, eso no
significa que la religión judía no propone la circunsición, lo único que eso
significa es que ese judío en particular ha decidido no practicar esa parte de
la religión.
Si alguien ataca la idea de la circunsición porque la
considera una práctica agresiva o medieval, eso no significa que está atacando
a los judíos, ni al judaísmo como étnia. Sólo está criticando una práctica
religiosa, que es tan criticable como puede serlo cualquier otra sea religiosa
o no.
Se puede extrapolar a una práctica secular. Usemos como
ejemplo el vegetarianismo. Si un vegetariano elige comer pescado eso no
significa que el vegetarianismo es menos “radical”. Lo único que significa es
que ese vegetariano no sigue los lineamientos del vegetarianismo al pie de la
letra, y que es menos vegetariano que alguien que no come pescado.
Por lo tanto el islam no puede
ser estudiado solamente desde lo que hacen quienes lo practican.
Para entender una religión hay estudiarla desde 3
ángulos:
1.
Estudiar sus
creencias (los textos sagrados)
2.
Estudiar las
tradiciones (lo que transmiten sus líderes religiosos)
3.
Estudiar sus
prácticas (cómo practican en el día a día los creyentes)
LAS CREENCIAS DEL ISLAM
Es fácil entender una religión
que es completamente diferente de la tuya. Entender la religión de los mayas, por ejemplo, puede ser
relativamente fácil. No hay áreas confusas, no hay espacios grises, no se
parece a lo que conoces y lo puedes estudiar como algo nuevo.
También es fácil entender una
religión que es muy parecida a la tuya. Supongamos que eres católico y estudias las creencias de
los evangélicos, es fácil entender en qué punto se separan de tus creencias y
en qué punto coinciden.
El problema está en el espacio
intermedio. En las
religiones que se parecen un poco a la tuya, pero no lo suficiente. En esos
casos te puedes equivocar por exceso o por defecto. Puedes considerar que una religión
es similar a la tuya a priori, sólo porque lo es en apariencia. O puede que por
el contrario la demonices sin entender que se parece más de lo que crees a tu
religión.
Por eso entender las creencias
de otra religión monoteísta es difícil si sólo conoces la tuya. Yo soy judía y conozco bien el
judaísmo, pero al mismo tiempo estudié el catolicismo en una universidad del
Opus Dei con lo que conozco las diferencias que puede haber entre dos
religiones monoteístas que se parecen, pero no se parecen.
Los cristianos no suelen tener contacto con otras
religiones porque viven en países en los que son la mayoría. Cuando me
preguntan acerca del judaísmo me preguntan sobre Moisés con mucho interés como
si Moisés fuese una especie de Mesías, como si fuese nuestro Cristo. Me
preguntan por la Torá como si fuese el único texto judío. Se sorprenden cuando
les explico que Moisés no fue más que un líder, y que la Torá es importante
pero tenemos muchos otros textos sagrados.
Para un cristiano que no ha
tenido contacto con otras religiones, todas las religiones siguen la fórmula de
la suya, sólo hay que sustituir la forma por otra. Para él el judaísmo es como el
cristianismo sólo hay que sustituir Jesús por Moisés y La Biblia por la Torá.
Lo mismo con el islam, sustituyendo Cristo por Mahoma y La Biblia por el Corán.
Para el cristiano todas las religiones comparten el mismo fondo moral del
cristianismo, son diferentes versiones de los 10 mandamientos en lo que cosas
como matar están
prohibidas.
El islam comparte ciertas cosas con el catolicismo, pero
no se parecen en sus fundamentos. El islam y la religión judía se parecen un
poco más, no en su contenido que es diferente, sino en su estructura: ambas son religiones de origen semítico que
fueron concebidas principalmente como una forma de gobierno.
1.-EL
CORAN
Una de las principales diferencias entre el Nuevo
Testamento y el Coran es que el Coran no fue escrito por Mahoma, ni por sus
seguidores. Para los musulmanes el Coran fue escrito por Dios. Sólo fue revelado a Mahoma por el Ángel
Gabriel y sus seguidores lo pusieron por escrito.
Al ser escrito por Dios el
contenido del Coran es inmutable, es eterno, no puede ser cuestionado ni
modificado y debe ser adoptado en su totalidad por todo musulmán.
Con respecto a la forma y el contenido, el Coran tiene
una extensión parecida al Nuevo Testamento y está divida en 114 suras que son como capítulos y
cada capítulo tiene varios versos que se llaman aleyas.
No tendrás una idea clara del contenido del Coran si lo
lees de manera lineal porque no está ordenado de forma cronológica. Tampoco
sigue un orden temático, está compilado de acuerdo con la longitud de las suras
(las más largas primero).
Otra cosa que dificulta la lectura del Coran es que
muchas de sus partes tratan acerca de eventos en la vida de Mahoma que no están
directamente narrados en el texto. Para entender su significado tienes que
conocer los eventos a los que se refiere. Un musulmán que conoce bien la vida
de Mahoma y un occidental que nunca ha leído su biografía entenderán cosas
completamente diferentes al leer el Coran.
La teología islámica divide los suras en dos categorías: las que
fueron reveladas en La Meca y las que fueron reveladas en Medina. Están
divididas de esa manera porque la vida de Mahoma tuvo dos partes: al principio
Mahoma vivía con sus seguidores en La Meca y eran una minoría vulnerable bajo
el dominio de los politeístas; tiempo después tuvieron que huir a la ciudad de
Medina y ahí Mahoma se convirtió en el líder de un gran ejército que conquistó
toda la zona.
En La Meca Mahoma reveló varias ideas pacíficas como por
ejemplo, la idea de que la religión debe ser libre y no se puede forzar a otra
persona a adoptar el islam.
Este fragmento pacífico fue
revelado en La Meca:
Les dirás “Oh infieles, yo no creo en
lo que creéis vosotros.
Ni vosotros creéis en lo que creo yo.
Yo no compartiré vuestras creencias.
Ni vosotros las mías.
Para vosotros vuestra religión y para mí la mía.”
(109)
Ni vosotros creéis en lo que creo yo.
Yo no compartiré vuestras creencias.
Ni vosotros las mías.
Para vosotros vuestra religión y para mí la mía.”
(109)
Este fragmento fue revelado
poco tiempo después, cuando los musulmanes llegaron a Medina huyendo de La
Meca:
No se debe imponer la
religión por la fuerza. El camino correcto se ha diferenciado de la senda
equivocada. El que no cree en la idolatría y cree en Dios, se habrá aferrado al
asidero más confiable que nunca se romperá. Alá todo lo oye, todo lo sabe.
(2:256)
(2:256)
Pero Mahoma se fortaleció en
Medina, ganó una gran cantidad de seguidores, formó su propio ejército, y
conquistó territorios por la fuerza. A medida que se fortalecía el tono de las
revelaciones fue cambiando de un tono pacífico a uno bélico.
En Medina Mahoma reveló que a los infieles hay que
capturarlos, sitiarlos, y matarlos a menos de que se conviertan. Llama a
erradicar la incredulidad hasta que la única religión que quede sea la
islámica. Reveló que Alá tiene enemigos a los que hay que vencer por la fuerza,
incluso masacrarlos si quieres tener acceso al Más Allá.
Estos son algunos de los
fragmentos violentos que fueron revelados en Medina:
Cuando hayan transcurrido los
meses sagrados, entonces matad a los incrédulos y a los politeístas dondequiera
que les encontréis. ¡Capturadles!, ¡sitiadles!, y preparad para ellos todas y
cada una de las emboscadas. Pero si se arrepienten y rezan los rezos islámicos,
y dan la limosna, entonces dejadlos libres. Alá es indulgente, misericordioso. (9:5)
Lucha en contra de los
incrédulos hasta erradicar la incredulidad y hasta que toda la religión sea
para Alá. Y si cesan Alá ve bien lo que hacen. (8:39)
No es propio de un profeta
capturar prisioneros de guerra hasta que haya infligido una gran masacre entre
los enemigos de Alá en la tierra. (8:67)
Lucha en contra de quienes no
creen en Alá, en contra de los que no creen en el Último Día, en contra de los
que no se abstengan de aquello que ha sido prohibido por Alá y su Profeta, y
contra aquellos que no reconocen la religión verdadera (el islam) entre los
pueblos de las escrituras (judíos y cristianos) hasta que paguen jizya
(impuesto especial) con sumisión y se sientan sometidos. (9:29)
Total, que el Coran ordena de
manera explícita no imponer la religión por la fuerza, pero al mismo tiempo
ordena luchar en contra de todo el que no es musulmán hasta que muera o se
convierta. Ordena
respetar a los monoteístas, pero después ordena subyugarlos. Ordena tolerar al
pagano y al incrédulo y después ordena masacrarlos.
El musulmán pareciera encontrarse ante una contradicción
irremediable: es imposible aceptar todo el Coran y aplicarlo al completo cuando
dos partes se contradicen. Para seguir una de sus órdenes tienes que
desobedecer la otra.
Si el Coran fue escrito por Dios y es eterno, ¿cómo
puede admitir contradicciones? ¿Puede Dios cambiar de opinión? Si la respuesta
es sí: ¿cómo sabremos cuál de sus opiniones es la que debemos seguir y cuál
debemos descartar? ¿Cómo puede un musulmán aceptar una parte del Coran y
rechazar otra?
Frente a las contradicciones
de sus revelaciones y las dudas de sus seguidores Mahoma reveló el principio de abrogación que
forma parte del Coran y que dice que si dos versos del Coran se contradicen hay
que seguir el verso más reciente y olvidar el verso antiguo.
Si abrogamos una aleya o
provocamos su olvido, aportamos otra mejor o semejante. ¿No sabes que Dios todo
lo puede? (2:106)
Lo que indica el principio de abrogación es que las aleyas más recientes anulan las antiguas.
Es decir, si encuentras dos aleyas que están en conflicto y no sabes qué
hacer, debes buscar cuál de las dos fue revelada después, y seguirla porque esa
anula a la anterior.
Siguiendo ese principio las aleyas violentas que fueron
reveladas en Medina abrogan a las aleyas pacíficas que fueron reveladas en La
Meca. Es decir, entre no imponer
el islam por la fuerza o luchar contra los incrédulos hasta que se conviertan
debes hacer lo segundo.
Hay otras aleyas contradictorias dentro del Coran, no se
trata nada más de la lucha en contra de los infieles. Por ejemplo, con respecto
a las bebidas alcohólicas: en las aleyas de La Meca, Mahoma reveló que el
alcohol y los juegos de azar eran pecado pero también tenían beneficios, lo
único que estaba prohibido era beber durante el rezo. (2:219) Pero en Medina las aleyas con respecto al alcohol se
volvieron más estrictas hasta que Mahoma prohibió completamente el alcohol y el
juego (5:91). Hoy en día ningún musulmán que siga
su religión considera que beber alcohol está permitido.
En Medina se impuso la pena de muerte como castigo al
apóstata, se incrementó la severidad de los castigos por transgresión, robo,
fornicación, y aumentaron las agresiones permitidas en el trato a las
mujeres. Las aleyas pacíficas y
laxas son las de La Meca, y las aleyas violentas y opresivas son de Medina que
son posteriores y por lo tanto abrogan a las primeras.
La mayoría de las autoridades
del islam acepta el principio de abrogación como válido pero difieren en su
interpretación de cuáles aleyas abrogan otras aleyas. La mayoría considera que las
aleyas posteriores anulan a todas las anteriores que son similares. Otros
consideran que el principio de abrogación es válido pero las aleyas sólo pueden
ser anuladas si existe una contradicción. El último grupo considera que las
aleyas son anuladas o sostenidas dependiendo del contexto, lo que quiere decir
que un musulmán debe actuar de acuerdo con las aleyas pacíficas si sus
circunstancias se parecen a las de Mahoma en La Meca: si vive en una sociedad
mayoritariamente incrédula en la que los musulmanes son minoría; y que debe
actuar de acuerdo con las aleyas violentas cuando vive en un país con mayoría
musulmana o con un ejército islámico como el que tenía Mahoma en Medina.
El caso es que gran parte del Coran no es un texto
religioso, sino que trata sobre la guerra en contra de los incrédulos y la
expansión del umma (el
mundo musulmán). El Coran ordena
las formas en las que se deben cumplir estos objetivos por medio de la
violencia física o de otros tipos de subyugación. El Coran, por lo tanto,
sienta las bases para una ideología política.
Es necesario entender el Coran en orden cronológico para
poder saber qué aleyas abrogan a otras, el problema es que el Coran no está
compilado en órden cronológico y por lo tanto si un musulmán quiere entender el
Coran necesita una guía para saber en qué momento de su vida Mahoma reveló cada
sura. Esa guía es el Sunnah, el segundo texto sagrado del islam.
2.-EL
SUNNAH
El Coran estipula que la vida de Mahoma es fuente de
moral. Todo musulmán debe vivir su vida de acuerdo con la de Mahoma. Así que la vida de Mahoma no se mide en
contraste con un estándar moral externo, sino que su vida es directamente el
estándar moral con el que debe medirse la vida de todo musulmán. (3:32, 3:164, 33:21) por lo tanto la manera de servir a Alá es emulando las
acciones de Mahoma.
La vida de Mahoma está
compilada en el Sunnah que
está compuesto por varios textos. Por un lado están los hadiths que son los testimonios de sus seguidores,
de quienes lo conocieron personalmente, viene a ser un concepto similar al de
los Evangelios cristianos, y por
otro lado está el Sira que
es la biografía de Mahoma y que narra su vida en orden cronológico.
Con respecto a los hadiths: había miles de testimonios,
algunos eran largos, de varias páginas, y otros bastante cortos de no más de
dos líneas, y cuando quisieron reunirlos y poner orden, los estudiosos del
islam descubrieron que probablemente la mayoría de los hadiths eran falsos.
Identificar estos hadiths y separarlos de los auténticos fue un gran trabajo. Algunas
ramas del islam aceptan algunos testimonios, otras aceptan otros, pero los que
son reconocidos universalmente como válidos son el hadith de Bukhari y el de
Muslim. Contienen 7000 y 12000 testimonios respectivamente aunque hay varios
repetidos.
Lo que aparece en los hadiths
es difícil de creer. Al leerlos parece poco probable que una persona de estas
características se haya convertido en el profeta de más de mil millones de
personas. Cuando
alguien señala el carácter violento de Mahoma y ofrece como prueba los hadiths
el que escucha se siente avergonzado y se obliga a creer que debe haber algún
error. Piensa que ese error seguramente está en el texto que están citando o
sospecha de la intención del crítico. Piensa que lo más probable es que el
crítico seleccionara las acciones violentas de Mahoma entre un gran número de
acciones pacíficas, buenas, y generosas que hizo en su vida y que pueden
explicar por qué tanta gente lo sigue. De esa manera se convence de que los
ejemplos que citan los críticos son casos puntuales sacados de contexto.
Pero todo lo que voy a poner a
continuación son recuentos de la tradición islámica, de los testimonios de los
seguidores de Mahoma, y de los escritos de sus historiadores más respetados.
Lo que sigue no es mi opinión, es un resumen de algunas
acciones representativas de la vida de Mahoma como aparecen en las fuentes
islámicas.
Mahoma fue un líder militar
que unificó la península arábiga conquistándola por la fuerza.Para ello asaltó caravanas (Ibn Ishaq/Hisham 424-425), asedió ciudades, organizó
expulsiones (Ibn
Ishaq/Hisham 920-923),
destruyó templos (Bukhari
43:658, Bukhari 59:643),
masacró y torturó pueblos enteros(33:26,
Bukhari 58:148) lapidó
centenares de personas (Bukhari
6:60:79, Bukhari 83:37, Muslim 17:4192, Ibn Ishaq 970)cortó lenguas, manos, pies (5:33, Muslim 4131), y cabezas (Muslim 4422, Ibn Ishaq/Hisham 451, Ibn
Ishaq/Hisham 449, Ibn Ishaq/Hisham 458), quemó vivos a los que no iban a rezar (Bukhari 11:626), ordenó violar mujeres, (4:24, Muslim 3433) aprobó la pedofilia, (65:4) y la practicó desposando a una niña de 6 años (Muslim 3309), e impuso una ley opresiva en toda
la región. Al final de su vida ni siquiera toleró la presencia de los
monoteístas, ordenó la expulsión de judíos y cristianos de la península (Muslim 4366). Mahoma trajo la desolación a todos
los pueblos que rechazaron su fe y llevó una vida más violenta de lo que el Coran
de por sí estipula.
Muchos de los castigos
islámicos no están en el Coran sino en el Sunnah, descritos en los hadiths. Por ejemplo, lapidar al
adúltero no aparece en Coran, pero sí aparece varias veces en los hadiths: era
una práctica de Mahoma y por lo tanto pasa a formar parte de la moral islámica:
lapidar adúlteros es considerado bueno dentro del islam.
Todas las acciones de Mahoma, tanto las pacíficas como
las violentas, forman parte de “lo bueno” dentro de la moral islámica. Estas
son algunas de las cosas que describen los hadiths sobre Mahoma:
El profeta escribió (el contrato matrimonial) con Aisha cuando ella tenía 6 años de edad,
y consumó su matrimonio con ella cuando tenía 9 años, y con él se quedó durante
nueve años más (hasta su muerte). (Bukhari 62:64)
El Profeta cortó las manos y
los pies de los hombres de la tribu de Uraina y no cauterizó (sus heridas sangrantes) hasta que murieron.(Anas 82:795)
Los judíos (de Medina) trajeron al profeta a un hombre y una mujer
que habían cometido adulterio. Ordenó que ambos fuesen lapidados, cerca del
lugar en el que se hacían los funerales junto a la mezquita.(Abdullah bin Umar 23:413)
Cuando el apóstol ordenó que
lo mataran, Uqba dijo, “Pero ¿quién cuidará de mis hijos, Oh Mahoma?” (Mahoma respondió) “El infierno.” El hombre fue
decapitado.*(Ibn
Ishaq/Hisham 458)
Los casos en los que Mahoma
demostró una disposición violenta hacia otras personas son numerosos, no son un
par de incidentes aislados. Los
hadith están llenos de ellos. Mahoma aprobó el asesinato de 800 hombres y niños
de la tribu de Qurayza que hasta el momento habían sido sus aliados. Sus
hombres asesinaron a una anciana después de tomarla prisionera durante el
asalto a la tribu de Banu Fazara. Según Al-Tabari asesinaron a la anciana atándole con una soga cada pie a un camello,
y montando los camellos en direcciones opuestas hasta que la mujer fue partida
en dos acto seguido entregaron a la hija de la mujer a uno de los
asesinos.
Son estas prácticas crueles las que permitieron que el
islam se expandiera a una velocidad tal que en menos de 30 años pasó de ser un
grupo pequeño a conquistar toda la Península Arábiga y a convertir a toda su
población. Es poco probable que
una empresa de ese tamaño se consiga por vías pacíficas.
La moral islámica no se parece
a la moral occidental. La mayoría de las cosas que estipula Mahoma están en
directo conflicto con nuestra forma de vida. Pero el musulmán no puede cuestionar la vida de
Mahoma como lo haría un católico con algún personaje de la Biblia, sino que
debe tomar sus acciones como perfectas e infalibles aún si las acciones de
Mahoma le resultan dolorosas o terribles. La moral islámica está por encima del
juicio del hombre(2:216)
Por dar un ejemplo, yo podría hablar de que a pesar de
que Mahoma fue un líder violento, es una inspiración porque llenó un vacío
espiritual que había en Arabia con el monoteísmo. Que si bien él era violento,
los politeístas de La Meca lo eran más que él así que Mahoma hizo de La Meca un
lugar más tolerante. Que trajo consigo un trato más justo a la mujer. Pero
todas estas ideas aunque son populares, no son ciertas.
En Arabia cada pueblo tenía
sus propios dioses. Las religiones florecían en Medio Oriente, no había un vacío
espiritual. Todas las religiones convivían en armonía, lado a lado: las religiones politeístas del
Oriente Medio incluyendo el hinduísmo, junto con las monoteístas como el
judaísmo, el cristianismo, el zoroastrismo, y los sabianos. La Kaaba (ese edificio
cuadrado y liso de color negro al que peregrinan los musulmanes), no lo
construyeron ellos. Era un templo politeísta en el que habían ídolos de los
dioses de todos los pueblos vecinos. Tenía un cuarto especial para los judíos y
otro para los cristianos, todos rezaban juntos. En La Meca estaba permitida la
conversión entre religiones, el proselitismo, y la integración de diferentes
dioses según el gusto de cada quién.
La peregrinación a La Meca no fue una innovación del
islam, era una tradición en Arabia que tenía siglos de antigüedad. Cada año la
gente de toda la península viajaba a La Meca a adorar a sus propios dioses en
la Kaaba. Cuando Mahoma conquistó
La Meca acuchilló todos los ídolos, los sacó de la Kaaba, prohibió la libertad
de culto, le dio cuatro meses de plazo a los incrédulos para que se
convirtieran y a los que no lo hicieron los mató. La Meca se
transformó en un lugar intolerante y lo sigue siendo hasta el día de hoy. Es
una de las únicas 2 ciudades en el mundo en las que no puedes entrar si no eres miembro de la
religión predominante. La otra ciudad a la que no puedes entrar es Medina.
Los primeros que sufren las
consecuencias de la intolerancia del islam son los propios musulmanes. Más del 70% de los refugiados
del mundo son musulmanes que huyen de sus países hacia Occidente. Las segundas víctimas son las personas de
otras religiones que viven en países de mayoría islámica. Son ellos
quienes sufren cada día porque la mayoría de los ataques violentos se producen
en su contra y muchas veces se producen desde el poder, desde los gobiernos
islámicos que hacen cumplir esta moral por la fuerza a sus propios pobladores y
la imponen incluso sobre quienes no creen en el islam.
LAS TRADICIONES DEL ISLAM
En Occidente concebimos la religión como una práctica
individual. La religión está separada de lo público porque es interior.
Nuestros gobiernos son seculares.
En Occidente la religión está al margen de la política
porque su principal religión, el
cristianismo, no fue concebida como una forma de gobierno. Más bien
surgió en el Imperio Romano que tenía su propio marco legal y su propia forma
de gobierno y por lo tanto el cristianismo no tuvo que desarrollar su propia
ley.
El catolicismo sí se convirtió en un poder político pero
los protestantes se separaron de la Iglesia y fundaron su propio movimiento
basado en la fe individual. La
reforma protestante buscaba regresar al mensaje original de Cristo en el que el
hombre tiene una conexión directa e individual con Dios. El efecto del
protestantismo fue el secularismo: la idea de que el Estado y la religión deben
separarse.
Dentro de la religión judía hubo un proceso
parecido. Aunque la religión judía
sí nació como la forma de gobierno, los judíos vivieron bajo el dominio de
otras naciones durante siglos. Algunos se apegaron a la ley judía aún
cuando había conflictos con la ley del lugar. Otros se integraron a la sociedad
y abandonaron las leyes de la religión judía. Pero la postura que ganó más
fuerza entre los judíos partió de un
movimiento parecido a la reforma protestante llamado haskalá que planteaba que el
judío debía comportarse como judío en su casa y como gentil en la calle, es
decir, transformó la religión judía de una forma de gobierno a una práctica
espiritual e interior. Hoy por hoy los judíos siguen la haskalá y el gobierno de Israel
es un gobierno secular.
Pero el islam no ha tenido un
movimiento secularizante similar al protestantismo o a la haskalá. El islam no
hace distinción entre la vida religiosa y la vida política. No hace una distinción entre la
esfera pública y la esfera privada. No hay una distinción entre feligreses,
civiles, militares, o políticos. Es más, algunos musulmanes definen su postura
política como islámica. El islam no solo es una alternativa al cristianismo,
también es una alternativa al comunismo y al capitalismo porque en el islam
todo está integrado: la religión, la política, la ley, y la fe.
LA
SHARÍA
La Sharía es la ley que regula
la sociedad islámica. Es la base de la estructura política y legal del islam. Es larga, diversa, compleja y
amplia. No es un código rígido ni un conjunto de leyes, es un debate eterno
entre los diferentes estudiosos acerca de lo que deben ser las obligaciones y
los deberes de todo musulmán y también del mundo musulmán en su conjunto.
La Sharía es interpretada usando como fuente el Coran y
el Sunnah, las órdenes que Mahoma dio a sus seguidores y las que reveló a lo
largo de su vida. Las interpretaciones son aceptadas o rechazadas de acuerdo
con el consenso del mundo musulmán.
Las leyes de La Sharía Incluye una estructura de
gobierno, leyes para regir la economía, una especie de código penal, todas las
cosas de las que se ocupa la ley secular en nuestros países.
Pero la Sharía no sólo abarca
temas de ley secular, también legisla sobre temas personales como puede ser la higiene, la
dieta, las relaciones sexuales, los ayunos, la vestimenta, y casi todos los
aspectos de la vida privada de los musulmanes. Y como el crimen y el pecado son
la misma cosa, si tus prácticas sexuales no siguen las leyes de la Sharía, no
sólo tendrás un castigo de Alá el día del Juicio sino que el Estado te castiga
en la Tierra usando los castigos que estipula la Sharía.
Entre los castigos de la Sharía está la lapidación por
adulterio, la muerte a los apóstatas, cortar manos y pies a los ladrones, 100
latigazos por fornicar, 80 latigazos por beber vino, confiscación de la
herencia, o disolución forzosa de matrimonios.
La Sharía también estipula el
mecanismo para hacer cumplir la ley: una policía religiosa o mutaween, que vigila a la población para que cumplan con los
preceptos islámicos. En países como Arabia Saudita que han adoptado la Sharía
como ley oficial, existen estos cuerpos policiales. El de Arabia Saudita se
llama Comisión para la promoción
de la Virtud y Prevención del Vicio y tiene 3500 oficiales y miles
de voluntarios que vigilan a la población.
Los mutaween tienen el poder de arrestar a quienes
transgreden las leyes del islam. Si un hombre y una mujer socializan, si un
homosexual es descubierto, si una mujer sale de su casa sin el velo, si una
tienda abre durante las horas del rezo, si alguien viola las leyes del halal (dieta islámica), consume
cerdo o alcohol, puede ser arrestado o azotado por los mutaween.
Según la Sharía es un gran pecado permitir que alguien
diferente de Alá legisle sobre la vida humana. Nadie puede prohibir o permitir
cosas que Alá no ha prohibido o no ha permitido. Esto abarca tanto las leyes
religiosas como las leyes seculares, tanto lo privado como lo político. La
Sharía es la única ley admisible dentro del islam.
Hay 56 países en los que el islam es la religión oficial
y se pueden dividir de acuerdo con la manera en la que deciden aplicar la
Sharía. Hay países seculares como Turquía, Kazajstán, y hasta hace poco Malí,
en los que la mayoría de la población es musulmana, pero la religión no puede
interceder en asuntos del Estado.
Hay Estados musulmanes con múltiples sistemas legales
que funcionan en paralelo, o países en los que el sistema legal está
fuertemente influenciado por la Sharía pero que ceden autoridad última a
la constitución. Entre ellos están Pakistán, Indonesia, Afganistán, Egipto,
Sudán, y Marruecos.
Por último hay Estados musulmanes que no tienen
constitución y están regidos por la Sharía como Arabia Saudita y otros países
del Golfo en los que los líderes no tienen la autoridad para cambiar la ley
porque está basada en la Sharía. Irán comparte estas características aunque
también tiene un parlamento que legisla de acuerdo con la Sharía.
Los aspectos políticos del
islam son incompatibles con los valores occidentales de libertad de conciencia,
libertad de expresión, y de individualidad porque las libertades occidentales violan la Sharía. O, lo
que es igual, la Sharía viola las libertades que Occidente considera inherentes
al hombre.
Entre las acciones que son consideradas blasfemia están:
1.
Hablar
mal de Alá
2.
Corregir
a Mahoma o señalar que Mahoma no es perfecto.
3.
Insultar
a alguno de los profetas mecionados en el Coran o a alguno de los miembros
de la familia de Mahoma
4.
Declararte
un profeta o un mensajero de Dios.
5.
Representar
a Mahoma con una imagen (puede ser un dibujo, una foto, una pintura, o
incluso una película sobre Mahoma).
6.
Invocar
el nombre de Dios mientras haces un acto prohibido.
7.
Hablar
mal del islam
8.
Criticar
una práctica o una creencia que el umma (la comunidad musulmana) ha
adoptado.
9.
Criticar
o insultar a los apóstoles, profetas, o a los ángeles.
10.
Expresar
un punto de vista ateo o secular, publicar o distribuir puntos de vista
ateos.
11.
Burlarse
o criticar la prohibición islámica del consumo de alcohol, o del juego.
12.
Decir
cosas prohibidas.
13.
Participar
en rituales o festivales religiosos de otra fe.
14.
Convertirse
del islam al cristianismo, publicar o distribuir estos puntos de vista.
El castigo por blasfemia pública es la pena de muerte y
se debe ejecutar aún si el blasfemo se arrepiente, e independientemente de si
es musulmán o no, de si vive en un país islámico o en Occidente. Es el deber
del umma ejecutar el
castigo.
En 1988 Salman Rushdie publicó Los versos satánicos, un libro
inspirado en la vida de Mahoma. El mundo musulmán prohibió el libro, pero ahí
no quedó el problema. Rushdie fue acusado de blasfemia y Ayatollah Jomeini
pronunció un edicto de acuerdo con la Sharía llamando a los musulmanes de todo
el mundo a matarlo a él, y a los editores del libro. El mundo musulmán
respondió con varios asesinatos, atentados, y explosiones en librerías, tanto
en Estados Unidos como en Inglaterra. Rushdie tuvo que vivir bajo protección de
la policía durante 9 años.
Ayatollah Jomeini no era el líder de un pequeño grupo de
fanáticos radicales. Jomeini era el líder religioso supremo de los chiítas, que
a diferencia de los suníes creen en el principio de infalibilidad de los imams en el que los
líderes son nombrados por Alá y por lo tanto sus palabras y sus acciones son
perfectas y deben ser seguidas sin cuestionar.
Con respecto a las posturas moderadas, en el Coran y en
el Sunnah hay ejemplos de perdón: de gente que ofendió a Mahoma y a los que
Mahoma perdonó. Pero de la misma manera hay múltiples casos en los que Mahoma
ordenó que los ejecutaran. Está estipulado en las escrituras que si una persona
ofende a otra, solo esa persona es la que puede perdonar la ofensa
Las leyes políticas de la
Sharía no son solamente para los musulmanes. La Sharía también estipula lo que puede y no hacer un
no-musulmán en un Estado islámico. Los monoteístas pueden convivir con los
musulmanes, pero como ciudadanos de segunda categoría con sus libertades restringidas.
Estas son algunas de las leyes para los monoteístas:
1.
Seguir las leyes del islam estipuladas en la Sharía incluyendo las que tratan sobre
el comportamiento en público y la vestimenta, aunque pueden tener sus propios
rituales en privado. Las comunidades monoteístas pueden tener sus propias leyes
internas, sus jueces y sus cortes, para implementar las leyes de su religión
entre ellos siempre que no interfieran con las leyes del islam.
2.
Pagar el impuesto de los no-musulmanes (jizya) al Estado. Lo mínimo
que paga un no creyente son 4.235 gramos de oro por persona por año. El máximo
es el que estipulen ambas partes.
3.
Deben llevar una ropa especial que indique con un
cinturón grueso su status de no-musulmán.
4.
No
se les puede saludar con la frase as-salamu
alaykun.
5.
Deben
caminar de un lado específico de la calle diferente al que usan los musulmanes.
6.
Tienen
prohibido construir edificios de la altura de los edificios de los musulmanes.
7.
Tienen prohibido enseñar en público su religión, beber vino, comer cerdo, repicar
las campanas de la iglesia, llevar cruces, recitar la Torá o los Evangelios en
alto, o enseñar de forma pública sus rituales funerarios o festivos.
8.
Tienen
prohibido construir nuevas iglesias o casas de culto.
9.
Tienen
prohibido residir en La Meca, Medina, Yamama, y las ciudades que las rodean por
más de tres días.
10.
Tienen
prohibido entrar al recinto sagrado de La Meca, o a cualquier otra mezquita sin
permiso.
Además, si violan o rompen cualquiera de estas leyes o
se rehúsan a pagar el impuesto especial, los ciudadanos no-musulmanes se
convierten en enemigos del islam y prisioneros de guerra. Entre las cosas que
puede hacer un monoteísta para convertirse en prisionero de guerra está:
casarse con una musulmana, presuadir a un musulmán para que adopte otra fe, o
blasfemar.
Existen según la Sharía tres
clases de individuos: los musulmanes, los monoteístas, y los impuros (paganos, idólatras,
politeístas, apóstatas). Los musulmanes están obligados a cumplir con las leyes
totalizantes de la Sharía. Los monoteístas deben ser subyugados como clase
inferior. Los impuros sufrirían castigos severos como prisión o pena de
muerte. Si la Sharía se aplicase
al completo el resultado sería un estado apartheid.
En resúmen: el islam no tiene
un sólo libro sagrado. El
islam tiene varios textos sagrados que están conectados y que son
indispensables para todo musulmán. El Coran es el más importante, pero también
está la vida de Mahoma compilada en el Sunnah. De ambos libros se desprende la
Sharía que es la Ley Islámica y que describe detalladamente todos los
principios que deben regir la vida de todo musulmán.
LAS PRÁCTICAS DE LOS MUSULMANES
Los musulmanes tienen 5 pilares de la religión que todo
musulmán debe cumplir.
1.
Fe.
(Shahada: fe en que Alá es uno
y Mahoma su profeta)
2.
Rezo.
(Salah: 5 rezos diarios)
3.
Impuesto.
(Zakat: dar el 2.5% de los
ingresos)
4.
Ayuno.
(Sawm: ayuno durante el día en
el mes de Ramadán)
5.
Peregrinaje.
(Hajj: peregrinaje a La Meca
una vez en la vida)
La mayoría de los musulmanes no llega a cumplir del todo
con los 5 pilares del islam y en eso se basa su fe. Son pacíficos porque esta es la parte de la
religión que no es militarista: no se ordena imponerle nada a otros, o
atacar con violencia a quienes no piensan igual. Es simplemente una serie de
lineamientos sobre el comportamiento individual en los que el único punto
político es el de zakat.
Dentro del islam hay dos tipos de acciones: las fard ayn son obligaciones de cada musulmán, sin importar
las condiciones, el lugar en el que está o cualquier otra consideración.
La fe, ayunar, rezar, peregrinar, y dar caridad son considerados pilares porque
son fard ayn, es decir, que es
un deber de cada musulmán realizarlos individualmente.
La segunda categoría dentro de las obligaciones de los
musulmanes es fard kafiya. Un deber es fard kafiya cuando recae sobre el mundo musulmán. En
estos casos cuando algunos cumplen con el deber, es como si todos lo
cumplieran, pero si nadie lo cumple pecan todos. Por ejemplo, construir una
mezquita puede ser fard kafiya porque
bastaría con que la construyan algunos para que la obligación sea satisfecha
para todos.
Las obligaciones pasan de un estatus al otro. Toda obligación empieza siendo fard ayn y si
es del tipo colectivo, cuando es realizada se convierte en fard kafiya.
Por ejemplo, si un grupo de diez personas está caminando por la playa y ven que
un niño se está ahogando, es fard
ayn de cada uno de ellos el ir a rescatarlo. Pero si uno de los
adultos va a salvarlo, deja de ser fard
ayn y se convierte en fard
kafiya para los demás porque con que uno lo salve es suficiente.
Pero si el niño se ahoga y nadie acude, entonces sigue siendo fard ayn y la
desobediencia es pecado de todos.
Los 5 pilares del islam son considerados pilares porque
son fard ayn siempre.
No importa cuántos musulmanes recen, nunca liberarán al resto de la obligación
de rezar. Rezar es, pues, una obligación individual.
El jihad no está dentro de los
5 pilares porque a pesar de que es más importante como deber, no es un fard ayn, sino un fard kafiya, lo que significa que no es
necesario que todos los musulmanes participen, es suficiente con que algunos
participen para que los demás sean absueltos.
EL
JIHAD
Al jihad se le describe en Occidente como guerra santa, pero el concepto de
guerra santa no es musulmán sino cristiano. El islam no reconoce una diferencia entre guerra religiosa y guerra
política, es todo lo mismo, porque la religión y la política son la
misma cosa, así que toda guerra del mundo musulmán es jihad.
El jihad implica todas las
acciones que tengan como objetivo expandir el islam en el mundo, sea de manera
pacífica o violenta. El
jihad va desde enseñar el islam y hacer proselitismo hasta conquistar
territorios y matar infieles. El objetivo último del jihad es instaurar un
Estado musulmán global, expandir la verdadera fe hasta acabar con la
incredulidad en el mundo.
Se puede clasificar el jihad en tres niveles:
1.
Jihad interior (Jihad an-nafs,
Jihad ash-Shaytan): es la lucha interna de todo musulmán para rendirse
ante Alá. Es luchar en contra de todos los impulsos internos que están en
conflicto con la Sharía. El objetivo es amar lo que Alá ama y odiar lo que Alá
odia. Se libra dentro de uno mismo. Es el jihad del corazón.
2.
Jihad social (Jihad
al-Munafiqeen): es la lucha contra los enemigos de Alá dentro de la
familia y la sociedad. Se libra en contra de otros musulmanes hipócritas. Es el
jihad de la lengua (la palabra).
3.
Jihad físico (Jihad al-Kuffar,
Jihad al-Bida’ah): es la lucha armada para expandir el mundo islámico.
Se libra en contra de los impuros, de todo lo que evita que un musulmán sirva a
Alá, o de todo lo que impide que la gente conozca el islam, se libra en la
defensa de un país islámico, en retribución por la tiranía, o para restituir o
expandir el umma. Dentro del jihad físico hay jihad defensivo y jihad ofensivo,
ambos son obligaciones de acuerdo con el Coran. El jihad físico es el jihad del
brazo (la espada).
El Coran define al jihad
físico como el más elevado,
y la retribución por morir en la lucha armada es el paraíso eterno con 72
acompañantes celestiales eternamente virgenes.
La importancia del jihad
armado queda manifiesta en el Coran y los hadiths. Mahoma le decía a sus
acompañantes que luchar una tarde en la causa de Alá era más importante que
rezar y ayunar toda la vida. Decía que mientras que los musulmanes hipócritas
se quedaban rezando en sus casas, los verdaderos seguidores de Alá y su profeta
derramaban su sangre en el campo de batalla. Que son más valiosas las gotas de
sangre que las lágrimas. (Bukhari
4:52:50, Muslim 20:4643)
Los únicos exentos de
participar en el jihad son los lisiados (24:61). Si el jihad fuese solamente una
lucha interior, y todas las alusiones a sangre, espadas y decapitaciones no es
más que una metáfora, ¿por qué absuelve Mahoma a los lisiados? Un lisiado puede
participar de una lucha interior, pero no puede participar de una lucha armada
en contra de un pueblo enemigo.
El objetivo del jihad es la
conquista de otros pueblos.
Entre las modalidades de jihad figura el jihad abierto para conquistar
territorio, expandir el islam, y subyugar a otros pueblos con el objetivo de
formar un régimen islámico global. Ese es el objetivo ideológico que ha
impulsado las diferentes colonizaciones islámicas en el mundo.
Mahoma no sólo impartía estas enseñanzas sino que
lideraba con el ejemplo. La vida
de Mahoma es una larga lista de campañas militares de conquista territorial por
medio de la espada, sus Califas siguieron su ejemplo conquistando la
mayor extensión de territorio jamás conquistada por imperio alguno.
TERRORISMO
ISLÁMICO
El imperio más grande que el
mundo ha conocido fue islámico. El Califato Umayyad, abarcó más de 13 millones de kilómetros
cuadrados de tierra, y más del 28% de la población del mundo estuvo bajo su
régimen.
Las conquistas musulmanas empezaron con Mahoma que
conquistó toda la península arábiga, continuó los diferentes Califatos que
expandieron el territorio islámico a Asia, África, y Europa, y continuó durante
el Imperio Otomano hasta su caída en 1919.
Al principio el umma fue el
centro del mundo. No
sólo en poderío militar, bajo el imperio islámico floreció la ciencia y la
cultura del mundo. En los califatos se desarrolló el álgebra, el cánon de
medicina, se introdujo la experimentación como forma sistemática de estudio.
Los padres de la química, la neurocirugía, la oftalmología, la anatomía, la
pediatría, la astronomía, y de la óptica moderna fueron musulmanes árabes,
persas, e indios que vivían en el imperio musulmán.
Mientras tanto, en Europa, los
occidentales vivían en feudos, muriéndose de hambre, con enfermedades, plagas, ignorancia y
analfabetismo. Los musulmanes los consideraban un pueblo inferior en todo
sentido. Su inferioridad era la prueba de que Alá estaba de su parte, de que la
fe verdadera era la islámica.
Pero con el paso del tiempo
Occidente igualó los avances tecnológicos de Oriente, a medida que el poder de La Iglesia
menguaba, los descubrimientos científicos de pensadores occidentales superaron
a los del mundo islámico, Occidente conquistó América y llegó al Lejano
Oriente, y desarrolló nuevas tecnologías que los musulmanes no tenían, así
pudieron repeler las invasiones musulmanas.
Occidente se impuso hasta que
llegó a dominar a toda la región que alguna vez perteneció al Imperio Islámico. Los grandes poderes de Europa se
dividieron el territorio entre ellos y establecieron colonias. Reino Unido se
quedó con Irak, Jordania, Israel, Egipto, Sudán, Oman, Bahrain, Quatar, y
Emiratos. Francia se quedó con Marruecos, Algeria, Siria, y Líbano. Italia se
quedó con Libia. Los únicos países que quedaron libres de ocupación fueron
Turquía, Irán, y Arabia Saudita.
De la misma manera en la que antes sentían que Alá
estaba de su parte, cuando fueron colonizados por Occidente sintieron que Alá
les dio la espalda. Era la única manera de entender ese orden en el que los
infieles los dominaban a ellos, a los fieles. Dominados por quienes consideraban inferiores, los musulmanes trataron de
comprender la causa de su derrota.
Un grupo minoritario concluyó
que los derrotaron porque el sistema Occidental era superior al islámico. Para ellos el mundo islámico debía
adaptarse a Occidente y volverse secular. Países como Turquía o Kazakstán son
herederos de esta postura.
Otro grupo llegó a una conclusión similar pero por otra
vía. Consideraban que los avances
de Occidente partían de descubrimientos islámicos como el álgebra, así
que para ellos todo el avance de Occidente es resultado del islam. Su
conclusión fue que si quieren resurgir que adoptar todos los avances que
Occidente tuvo gracias a los descubrimientos del mundo musulmán.
El tercer grupo que es el más
numeroso y el que crece más rápidamente es el que opina que si Occidente se
impuso es porque Alá abandonó a los musulmanes. Para ellos los musulmanes se han apartado del
camino de Mahoma y por eso Dios les dio la espalda. Entre ellos un grupo
importante piensa que para recuperar su esplendor necesitan volver a las
creencias de las primeras generaciones de musulmanes (salaf) que fundaron los califatos y que expandieron el reino del
islam en el mundo por medio de la espada.
Estos son los salafistas. Para los salafistas el jihad
es la lucha armada en contra de Occidente y debe ser el primer objetivo
del umma. Los salafistas no son un grupo reducido y
minoritario de fanáticos. Son el grupo más poderoso y el que más rápido se
expande entre los musulmanes.
Arabia Saudita, el país con la
reserva de petróleo más grande del mundo, es salafista.Sus líderes son salafistas, en sus
escuelas enseñan salafismo, y el año pasado destinaron más de un billón de
dólares a construir madrasas y mezquitas salafistas en el resto del mundo,
incluyendo Europa y Estados Unidos, Mezquitas en las que se enseña
intolerancia a los creyentes y a matar en nombre de Alá.
Los Hermanos Musulmanes son
salafistas. Tienen ramas
en 70 países. Mursi, el presidente de Egipto es salafista, pertenece a Los
Hermanos Musulmanes. El gobierno de Tunisia está controlado por otra rama de
Los Hermanos Musulmanes. En Marruecos el Primer Ministro y 12 posiciones del
gabinete pertenecen también a Los Hermanos Musulmanes. En Siria Los Hermanos
Musulmanes apoyan a los rebeldes en la guerra civil en contra de Assad, y si
Assad cae lo más probable es que se hagan con el poder. Hamas, y la jihad
islámica palestina, los dos grupos terroristas palestinos son otras ramas de
Los Hermanos Musulmanes.
Como Los Hermanos Musulmanes se han transformado en una
organización política y eso les da poder para seguir profundizando en su lucha
ideológica, necesitan un brazo armado que en apariencia sea independiente para
realizar los ataques armados sin ensuciar su nombre. Eso es Al-Qaeda. Al-Qaeda
es un grupo salafista y cada uno de sus líderes perteneció a Los Hermanos
Musulmanes en su juventud.
En casi todos los países en
los que los salafistas forman parte del gobierno llegaron ahí de manera
democrática, lo que quiere decir que la mayor parte de la población de esos
países votó por ellos porque creen en su agenda y comparten sus ideales. No se
trata de una minoría radical. La mayoría de los musulmanes que votaron a
gobiernos salafistas no llevan a cabo ataques violentos, son gente pacífica,
pero aunque un musulmán no practique el jihad eso no significa que no ha
adoptado la postura filosófica.
Es posible apoyar el jihad de
forma pacífica donando dinero a la causa, o votando por los jihadistas en las
elecciones de su país. Eso de una manera o de otra los redime de tener que
participar en algo violento que les disgusta, si otros llevan a cabo el jihad,
pasa a ser fard kifaya para
ellos.
Así que aunque la mayoría de los
musulmanes son pacíficos, eso no significa que el islam es pacífico. Lo único
que significa es que esos musulmanes han elegido no practicar el islam al pie
de la letra. Si un musulmán practica la parte violenta de su religión estará
practicando el islam de una forma más completa.
Lo que ocurre es que el islam no es solamente una
religión, es una ideología política como podría serlo el comunismo, y por lo
tanto participar en el jihad no es un asunto de fe solamente, una persona que
no es religiosa puede ser jihadista si su ideología política es islámica.
Generalmente es una mezcla de ambas, de la creencia religiosa y de postura
política.
Los musulmanes religiosos que nacieron y se criaron en
el mundo islámico no entienden Occidente de la misma manera en que Occidente no
los entiende a ellos. Así como el católico juzga al islam pensando que es igual
al catolicismo, los musulmanes que han vivido toda su vida en Oriente Medio
juzgan Occidente de acuerdo con el islam. Creen que la política de Occidente está regida por el catolicismo de la
misma manera en que el Medio Oriente está regido por el islam. Cuando se
mudan a Occidente, bien sea a Europa o a América se sorprenden al descubrir que
el occidental no es un hombre religioso.
El musulmán secular suele tener una motivación
diferente. Para el musulmán secular es un problema político. Ha vivido durante
años en Occidente y cree que su esplendor existe a costa del esplendor
islámico. Se apunta al jihad para
devolver el honor al umma, para recuperar la supremacía política del islam.
Disfrutar de las libertades occidentales, del laicismo, les hace sentir que han
traicionado al islam. Sienten la
necesidad de redimirse y el jihad es una forma instantánea de ganarse el
paraíso sin importar todos los pecados que hayan cometido durante
su vida, es una manera de demostrar que siguen siendo fieles al umma.
Así que a la pregunta de si el terrorismo es un problema
inherente del islam o es un problema de fanatismo la respuesta es que el
terrorismo islámico no es otra cosa que jihad.
El jihad es parte fundamental del Coran, de la vida de
Mahoma, de sus enseñanzas como están estipuladas en el Sunnah, y de la Sharía.
Eso no significa que todo musulmán comulga con esas ideas, o es un terrorista.
Muchos musulmanes sólo practican la parte interior de su fe.
La idea de un movimiento secularista islámico es difícil
de imaginar. En el catolicismo, por ejemplo, la reforma buscaba ir a los
fundamentos de la religión cristiana: volver a lo que dijo Cristo, y aunque él
reveló un par de cosas violentas como la idea de vine a traer la espada, la
realidad es que nunca ordenó la lucha armada, jamás mató a otra persona, no
tuvo sexo con niñas, ni invitó a sus seguidores a violar esclavas, no lapidó a
nadie, ni decapitó a nadie, ni le cortó la lengua, las manos, o los pies a otra
persona. Al revés, en líneas generales su mensaje era amar al prójimo, y amar
incluso al enemigo. El terror que
sembró la Iglesia durante la Edad Media era artificial, eran ideas
ajenas a la fe que habían sido agregadas después, no estaban estipuladas en La
Biblia, así que un movimiento fundamentalista cristiano lo único que puede
hacer es desprenderse del terror.
Que una reforma diferente de la fundamentalista surja
dentro del islam es difícil porque de acuerdo con el islam toda innovación es
negativa. Cualquier modificación
de la religión es considerada mala porque es Bid’ah. Bid’ah son las
innovaciones dentro del islam. Las innovaciones en literatura,
ciencias, medicina o tecnología son consideradas positivas, pero la bid’ah en
la religión es un pecado.
Aquel que innova o que
protege a un innovador será maldito por Allah y por sus ángeles y por toda la
humanidad (Sahih Muslim 9:3601)
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