- ojos hacia Egipto y Siria, donde el
Islam tiene echada una cadena infranqueable entre la India y Europa.
- Las Cruzadas no fueron
solamente ?como románticamente se ha interpretado? un intento puramente
místico para arrebatar a los infieles la tierra donde se erige el Santo
Sepulcro; esta primera coalición cristiano europea representaba asimismo el
primer esfuerzo lógico y ordenado conscientemente para echar abajo aquella
barrera que vedaba el mar Rojo, y franquear a Europa y a la cristiandad el
comercio con Oriente
- El valor que dio el impulso a Colón
para explorar hacia Occidente, a Bartolomé Díaz y a Vasco de Gama hacia el Sur,
y a Cabot al Norte, hacia el Labrador, nació, ante todo, de la voluntad de
descubrir, por fin, en beneficio del mundo occidental, una ruta marítima libre,
sin pago de derechos, quebrantando así la ignominiosa prepotencia del Islam
- en Heródoto y en Estrabón? de que
una vez, en los oscuros tiempos faraónicos, una flota fenicia había bajado por
el mar Rojo y, sin voluntaria revisión, al cabo de dos años había regresado a
través de las Columnas de Hércules ?el estrecho de Gibraltar
- así legó Enrique de Portugal los
mejores buques, los más adelantados de su época y los hombres de mar mejor
dispuestos para la conquista del océano
- Azores y de Madeira no fue otra cosa
que un segundo descubrimiento ?el Portulano Laurentino las registraba ya
en 1351
- 1434, Gil Eannes dio la vuelta a ese
cabo Bojador
- En 1471 se alcanzaba el ecuador; en
1484, Diego Cam ponía pie en la desembocadura del Congo y, finalmente, en 1486
se cumplía el sueño profético de Enrique: el navegante portugués Bartolomé Díaz
llegaba a la punta sur del Africa, al cabo de Buena Esperanza, bautizado
primero con el nombre de cabo de las Tormentas,
- Pero he aquí que los tripulantes se
amotinan, y Bartolomé Díaz, herida el alma, ha de renunciar y volver atrás,
perdiendo así por culpa ajena la gloria de haber sido el primer europeo que
forzara la ruta de las Indias, gesta que llevará a cabo otro portugués, Vasco
de Gama
- toma la esfera del mundo y la divide
en dos panes con el cuchillo de la bula del 4 de mayo de 1493. La línea de este
corte atraviesa a cien leguas de las islas de Cabo Verde. Lo que queda al
occidente de esta línea de tierras no descubiertas pertenecerá a su querida
hija España, y lo que queda al este, a su querido hijo Portugal
- Pero no tarda Portugal en sentir
cierta inquietud, y solicita que la línea fronteriza venga un poco más hacia el
Occidente. Puntualizase todo esto en el Tratado de Tordesillas ? 7 de
junio de 1494?, que fija la línea fronteriza a doscientas treinta leguas más
hacia Occidente, con lo cual los portugueses ganarán un día el Brasil, no
descubierto aún en aquella fecha
- Dentro de cuál de las dos mitades se
encuentran las apetecidas, las tan ricas islas de las especias?
- momento no pueden adelantarlo ni el
Papa ni los eruditos, porque nadie ha medido aún la redondez de la Tierra
- En 1498, Vasco de Gama, "al
servicio de Dios y provecho de la corona portuguesa" como expresa con
orgullo el rey Manuel, llega a la India, desembarcando en Calicut (Kozhikode);
aquel mismo año, Cabot, en calidad de capitán al servicio de Inglaterra, otea
Terra Nova y, con ella la costa norte de América, y a la vuelta de un año,
simultáneamente y cada uno por su lado, Pinzón bajo pabellón español y Cabral
bajo el portugués, descubren el Brasil, en tanto que Corterreal emula, a
quinientos años de distancia, la empresa de los vikingos pisando la tierra de
Labrador
- En los primeros años del nuevo siglo
dos expediciones portuguesas, una de ellas guiada por Américo Vespucio rozan la
costa sudamericana hasta cerca del Río de la Plata. Y en 1506 los portugueses
descubren Madagascar; en 1507, Mauricio; en 1509 llegan a Malaca, y en 1511 la
toman por asalto, que es como tener en la mano la llave del archipiélago malayo
- En 1512, Ponce de León franquea
Florida; en 1513, Núñez de Balboa es el primero de los europeos que contempla
desde Darien el océano Pacífico. En adelante ya no hay mares desconocidos para
la Humanidad
- de cien años la navegación se ha
superado en sus actividades no ya como cien veces, sino como mil. Mientras en
1418, a las órdenes de Enrique, ya se vio con asombro la llegada a Madera de
las primeras barcas, en el año 1518 unos barcos portugueses
llegan ?compárense las distancias en el mapa ? a Cantón y a tierra
japonesa
- almirante Francisco d'Almeida el
titulo de Virrey de Indias
- Adelantándose a la que sería idea
política de Inglaterra, va a hacerse fuerte en todos los puntos de salida o de
paso y a bloquear, desde Gibraltar a Singapur, todos los estrechos, para cerrar
el paso al tráfico comercial extranjero.
- Magallanes es, pues, en este viaje,
uno de los mil quinientos, y nada más. Expedicion portuguesa en la que va Magallanes.
- El 11 de septiembre de 1509, al cabo
de tres semanas de viaje, se aproximan los barcos, los primeros de Portugal, al
puerto de Malaca
- Ya de lejos advierten que el
valeroso Varthema no inventaba ni exageraba al decir que en aquel puerto
"atracaban más barcos que en cualquier otro del mundo". Alineanse en
la ancha rada, velamen contra velamen, los barcos grandes y pequeños; blancos o
abigarrados, los de procedencia malaya, china y siamesa, cada grupo con sus
formas características
- el estrecho de Singapur, está como
destinado a ser el gran parador de Oriente. Cada nave que intenta pasar de Este
a Oeste, de Norte a Sur, de las Indias a la China, de las Molucas hacia Persia,
tiene que cruzar ese Gibraltar de Oriente
- Habla de Magallanaes: Poco después de haber vivido con
Cannanore una de las victorias más brillantes de la flota portuguesa, y en
Malaca una de sus más duras derrotas, le es destinado en su áspera carrera de
navegante un accidente que ha de templarle el ánimo: un naufragio.
- Al cabo de cinco años de servicio, el
sobresaliente, el soldado raso y simple marinero parece por fin ser elevado a
la categoría de oficial, y como tal formará parte de la flota de Albuquerque
destinada a vengar la ignominiosa derrota que Sequeira había sufrido en Malaca.
- Su idea fija, un par de cicatrices
en la piel atezada y un esclavo comprado en Malaca son las tres únicas cosas
que trae Magallanes a su vuelta, después de los siete años en el frente de las
Indias
- Manuel, el "Afortunado",
llegaba a ser el monarca más rico de Europa.
- El rey Manuel lo recibe en la misma
sala, tal vez desde el mismo trono donde su antecesor Juan II había despachado
a Cristóbal Colón; y en el mismo sitio se reproduce una misma escena histórica
- En esta única pregunta queda, pues,
condensado el verdadero secreto de la historia de Magallanes. ¿Por quién y por
qué camino el pequeño capitán portugués tuvo tan fiado conocimiento de la
existencia de un paso de mar a mar, para atreverse a prometer el cumplimiento
de lo hasta entonces tenido por imposible, o sea dar la vuelta al mundo en un
solo viaje?
- En 20 de octubre de 1517 llega a Sevilla,
acompañado de su esclavo Enrique
- La Casa de Indias no patrocinó la
empresa de Magallanes
- Juan de Aranda, el
"factor", el director de la "Casa de Contratación", tiene
un gran deseo de oír en privado algo más de aquel plan interesantísimo y que él
cree rico en perspectiva
- Cierto que este modo de obrar dando
carpetazo a un proyecto como funcionario de la Corona y cortesano, para
aceptarlo bajo mano, no es muy correcto ni muy limpio; y, en efecto, más tarde,
la "Casa de Contratación" abrió un proceso contra Juan de Aranda por
su participación financiera en él
- antes de poner dinero e influencia
en el arriesgado negocio con uno a quien no conoce, hace lo que haría hoy
cualquier diestro financiero en ocasión semejante: pide informes a Portugal
sobre el crédito que merezcan Magallanes y Faleiro. La persona a quien se
dirija confidencialmente no es otra que Cristóbal de Haro, financiador un día
de aquella primera expedición hacia el sur brasileño y que posee el más amplio
conocimiento sobre la materia y las personas. La información ?una feliz
coincidencia más ? da un resultado excelente: Magallanes es un hombre
experto, un navegante puesto a prueba, y Faleiro está considerado como un
cosmógrafo de categoría
- trifolio: Magallanes, su experiencia
práctica; Faleiro, sus conocimientos teóricos, y Juan de Aranda, sus
relaciones.
- El Consejo de la Corona, de sus cuatro miembros, hay tres: el
cardenal Adriano de Utrecht, amigo de Erasmo y futuro Papa, Guillermo de Croix
y el canciller de Estado Sauvage, que son nativos de los Países Bajos; vuelven
la mirada más hacia Alemania donde el rey español Carlos ceñirá la corona
imperial y hará que el nombre de Habsburgo se adueñe del mundo
- El único español en el Consejo de la
Corona, protector de la "Casa de Contratación y, al mismo tiempo, el que
posee indiscutibles conocimientos náuticos, es por desgracia, el famoso e
infamado cardenal Fonseca, obispo de Burgos
- aquel escéptico tan temido de todo
navegante, el obispo de Burgos Fonseca quien se pone decididamente al lado de
Magallanes
- Aparece aquellos días en Sevilla, de
improviso, el renombrado naviero Cristóbal de Haro, aquel opulento especulador
flamenco que trabaja al unísono del gran capital internacional de su tiempo y
que ha equipado a costa suya una serie de expediciones. Había tenido hasta
entonces su cuartel central en Lisboa
- 22 de marzo de 1518, Carlos V, en
nombre de su madre Juana ?incapacitada por su locura? y con el solemne
"Yo el Rey", firma de su puño y letra la "Capitulación", o
sea el compromiso con Magallanes y Ruy Faleiro.
- Ya es de suponer que el rey Manuel
se ha enterado enseguida del pacto concertado: no podía anunciársele nada peor
- encarga a su embajador en la corte
española, Alvaro da Costa, de matar al pájaro en su nido
- La labor principal del solapado
sabotaje de la flota será encomendada por Lisboa a Sebastián Álvarez, el cónsul
de Portugal en Sevilla.
- Lo que Magallanes experimenta en
aquellos momentos es la tragedia de Coriolano, del que desertó de su patria por
ofensas a su honor, tal como lo ha representado Shakespeare con trazos
inolvidables. Coriolano, lo mismo que Magallanes, es el patriota que ha servido
abnegadamente a los suyos año tras año y que, arrojado por éstos injustamente
de su patria, movido por esa injusticia, ha puesto su malogrado valor al
servicio del contrario. Pero de nada le vale al desertor, ni en Roma ni en
Sevilla, su recta intención. Le sigue como sombra la sospecha: quien ha
desertado de un pabellón, fácilmente traicionará al nuevo; quien ha abandonado
a un rey, podría ser infiel a otro rey. El desertor está perdido, tanto si
triunfa como si es vencido, odiado de los unos y de los otros; se encontrará
solo en todas partes, y solo contra todos
- 10 de agosto de 1519, un año y cinco
meses después de que Carlos, el futuro señor de ambos mundos, firmase el pacto,
los cinco barcos dejan, por fin, tras de sí la rada de Sevilla
- La despedida se ha celebrado en la
iglesia de Santa Maria de la Victoria. Magallanes, después de haber prestado de
rodillas el juramento de fidelidad de toda la tripulación reunida, ante una
devota multitud, recibe el estandarte real de manos del corregidor Sancho
Martínez de Leyva
- Qué mala impresión le causaron
cuando, recién comprados en un lote, a toda prisa, los vio lastimosos,
destartalados, viejos y cansados de navegar! Pero desde entonces se ha hecho
muy buena labor; cada uno de los cinco galeones ha sido renovado, sustituido el
reblandecido costillaje con nuevas planchas, y, desde la quilla a la punta del
palo mayor, encerado y empecinado, calafateado y fregado de nuevo
- No se les ha podido prestar una
velocidad que no está en ellos, y poco aptos serían para una regata aquellos
cúteres panzudos; pero, gracias a su sólida anchura y a su profundo calado,
ofrecen mucho espacio para la carga y una cierta seguridad en las travesías
difíciles
- San Antonio, con sus ciento veinte
toneladas, al mando de Juan de Cartagena
- Magallanes elige para sí el Trinidad, que será
la nave capitana, a pesar de sus diez toneladas menos
- Por orden de magnitud siguen luego
el Concepción, con noventa toneladas, al mando de Gaspar Quesada; el Victoria,
que hará honor a su nombre, capitaneado por Luis de Mendoza, con ochenta y
cinco toneladas: el Santiago, de setenta y cinco, al mando de João Serrão
- Hernán Cortés, que conquistaba en el
mismo verano de 1519 un vasto Imperio en el otro extremo del mundo,
- Juan de Cartagena es un navegante de
categoría y experto y que ni su honorabilidad ni sus ambiciones pueden
ignorarse. Pero ¿conseguirá el noble castellano no excederse en esas
ambiciones? Primo del obispo de Burgos,
- No es menor la hostilidad con que le
mira Luis de Mendoza, que tiene a su mando el Victoria
- Pigafetta observa más cuidadosamente
las particularidades y las apunta con la vigilante pulcritud del muchacho a
quien dan como deber la descripción de su paseo dominical. No siempre podemos
fiar en él, porque a veces, en su ingenuidad, los viejos pilotos, que adivinan
enseguida en sus trazos al bisoño, le dan gato por liebre; pero de ese poco de
fábula y de inexactitud nos compensa de sobra Pigafetta con la curiosidad
solícita que le guía en la descripción de cada pormenor
- Trae a Magallanes un mensaje secreto
de su suegro, Diego Barbosa. Generalmente, noticias secretas son malas
noticias. Barbosa previene a su yerno de que tiene informes seguros de un plan
secreto de los capitanes españoles que lleva a bordo, los cuales intentan negar
la obediencia a Magallanes durante la travesía
- Pero cuando el almirante, en vez de
hacer vela hacia el Sudoeste, hacia el Brasil, acentúa el rumbo más al Sur, y
hasta Sierra Leona no deja de bordear la costa africana, Juan de Cartagena, en
la comparecencia de aquella noche, le pregunta sin rodeos cómo es que el curso
ha sufrido variación respecto a las instrucciones dadas en un principio
- en el sentido náutico asistía la
razón a Juan de Cartagena, ya que el nuevo curso se revelará en la práctica como
un viraje que no hay duda costó a la flota catorce días de superfluo rodeo. No
se sabe qué razones movían a Magallanes para alterar la ruta
- De todos modos, a Magallanes le
hubiera sido más fácil exponer a los otros capitanes los motivos del cambio de
rumbo
- por eso replica inmediatamente a la
primera interrogación de Juan de Cartagena, con brusca decisión, "que le
siguieran y no le pidieran más cuenta"
- Durante tres días, e1 San Antonio,
visible a distancia para toda la flota, interrumpe el saludo, dando a entender
a los otros barcos que su capitán no reconoce la dictadura sin limites del
comandante
- sea dicho en honor de Juan de
Cartagena, que nunca fue el traidor solapado que algunos suponen?, el hidalgo
español echa su guante de acero a los pies del portugués
- Cartagena se acalora y llega
hasta el punto de negar obediencia a Magallanes. Esta explosión de abierta
rebeldía es lo que esperaba el buen psicólogo para utilizarla en provecho de
sus fines. Porque ahora puede descargar el golpe. Hace uso inmediato del
incondicional derecho de justicia que le delegó Carlos V. Pone las manos sobre
el pecho de Cartagena, con las palabras: "¡Daos preso!", y ordena a
su alguacil maestre de armas y oficial de policía? que prenda al sedicioso
- El 29 de noviembre, un grito lanzado
desde la cofa anuncia la proximidad de la costa brasileña en las inmediaciones
de Pernambuco, donde no desembarcan. El 13 de diciembre, después de un viaje de
once semanas sin interrupción, los cinco barcos entran en la bahía de Río de
Janeiro
- he aquí al buen Pigafetta en su
elemento. El ansioso cronista no ha encontrado mucho que describir durante la
travesía de once semanas: total, un par de historietas acerca de unos tiburones
y de unos pájaros raros. ¡Ni que hubiera estado durmiendo durante el proceso
del apresamiento de Juan de Cartagena! Pero ahora no tiene plumas bastantes en
su estuche para consignar en el dietario tantas magnificencias
- Cuando al cabo de trece días, a fines
de diciembre, la flota abandona la extensa bahía inolvidable
- Por fin, el 10 de enero ven
levantarse de una extensa llanura la colina que llamarían Montevidi ?hoy
Montevideo?
- Con precisión confirma Pigafetta
que, a bordo, todos tenían el convencimiento de que en la ancha extensión
líquida habían dado, finalmente, con el tan anhelado paso
- cabo de quince días de excitado
pilotaje en "Montevidi" alborean por fin las velas de los barcos que
vuelven. Pero ni una flámula que anuncie la alegría en los mástiles. Los
capitanes llegan con esta noticia al estrecho que, en su precipitación,
confundieron con la travesía perseguida, no es más que una poderosa corriente
de agua dulce
- 24 de febrero llega la flota a la
vista de otra ancha e interminable bahía, el golfo de San Matías,
- Dos meses lucha la flota contra la
atmósfera hostil, para ir del Río de la Plata a Puerto de San Julián.
- En vano intenta Magallanes apaciguar
sus murmuraciones. Que no se dejen intimidar por un poco de frío, que no
pierdan el ánimo tan pronto... Las costas de Noruega y de Islandia, a más
elevadas latitudes todavía, son en la primavera tan favorables a la navegación
como las aguas de España
- Como Cortés, que en aquel mismo año
quemaba las naves para impedir a sus soldados el regreso, decide ahora
Magallanes detener la flota en un sitio tan remoto que, ni aun queriéndolo,
podrían obligarle a dar la vuelta
- 31 de marzo se les presenta una
nueva bahía en la costa desierta. Lo primero que el almirante escruta, y su
última esperanza, es si la bahía se abre, si podría ser el anhelado
"paso". No, la bahía es cerrada. De todos modos, Magallanes ordena el
avance. Y como en una somera exploración se comprueba que hay en el paraje
frescos manantiales y abundancia de pesca, ordena: "¡Abajo las
áncoras!" Sorprendidos, tal vez aterrados, los capitanes y la tripulación
se convencen de que su almirante, sin pedir consentimiento a nadie, ha decidido
detenerse para establecer su cuartel de invierno en San Julián, una bahía
desconocida e inhabitada, en el grado cuarenta y nueve de latitud y uno de los
más apartados sitios de la tierra, que ningún navegante había señalado jamás
- Los capitanes de Magallanes, en
aquellos momentos críticos, no solamente tenían el derecho, sino la obligación
de pedirle cuentas de sus propósitos, porque les va en ello no tan sólo su propia
vida, sino también la de aquellos hombres que el rey puso a su servicio. Al
designar expresamente Carlos V como inspectores de su flota, en Vos cargos de
veedor, tesorero y contador, a Cartagena, Mendoza y Antonio de Coca, con el
título y el sueldo correspondiente, les imponía la responsabilidad de velar por
la hacienda del rey representada en las cinco naves y defender los bienes de la
Corona de España, en el caso de que se vieran en peligro. Y en peligro están
ahora, en peligro de muerte.
- Sea dicho en su honor: los capitanes
no atacaron arteramente a Magallanes por sorpresa. Le hacen la última
insinuación, dándole a entender que se les acaba la paciencia, y Magallanes
pudiera haberlo entendido muy bien
- aturdido, Alvaro de Mesquita ve unos
hombres armados que le rodean, le ponen grilletes en los pies y le empujan
hacia la cabina del amanuense
- entre tanto, el San Antonio queda
confiado a uno cuyo nombre aparece aquí por primera vez: Juan Sebastián Elcano
- Son dos marineros del Santiago que
vienen con malas noticias. Serrão había llegado felizmente a la cómoda
embocadura de un río colmado de pesca: río de Santa Cruz; pero, mientras
procedían a nuevas exploraciones, la tormenta estrelló el barco contra la costa
- 26 de agosto de 1520, cuando
Magallanes dispone que su tripulación se tome un nuevo descanso de dos meses,
se puede decir que ya toca su objetivo.
- El 18 de octubre de 1520, al cabo de
dos meses superfluos de tregua, Magallanes ordena una vez más el avance.
- tercer día ?21 de octubre de
1520? se levanta por fin un cabo con blancos escollos, una playa quebrada. Y he
aquí que, tras este resalto, al cual, en conmemoración del día, Magallanes
llamó cabo de las Vírgenes, se abre una honda bahía de aguas oscuras
- Dos de las naves, la almiranta y la
Victoria, se quedan para explorar el exterior de la bahía. Las otras dos, San
Antonio y Concepción, reciben el encargo de avanzar cuanto puedan, pero sin
tardar más de cinco días en el regreso
- Una vez más reparte Magallanes su
pequeña flota. Sigan el San Antonio y el Concepción los recodos por la parte
sudeste, mientras él explorará con su almiranta y el Victoria el canal hacia el
Sudoeste
- 22 de noviembre de 1520, cumpliendo
sus órdenes, los barcos abandonan el puerto Junto al río de las Sardinas, y
pocos días después pasan el estrecho de Magallanes ?que así se llamará
para siempre? y, a su salida, ver detrás de un promontorio, que denominan con
gratitud el cabo Deseado,
- Una vez más han resultado erróneos
los cálculos de Magallanes, que le hicieron seguir un curso en el océano Pacífico
diez grados demasiado hacia el Norte. Con su error ha descubierto otro grupo de
islas que ningún europeo había mencionado ni sospechado siquiera: el
archipiélago de las Filipinas, ganando así para el emperador Carlos una nueva
provincia destinada a permanecer más tiempo en poder de la Corona de España que
cualquiera de las que descubrieron y conquistaron Colón, Cortés y Pizarro
- Nadie sabe lo que hicieron aquellos
míseros salvajes con el cadáver de Magallanes, a qué elemento dieron su parte
mortal: si al fuego, a las olas o al aire devorador. Ningún testigo, ningún
rastro de su tumba. Todo vestigio de aquel hombre que arrebató al océano
infinito su último misterio, desapareció en el misterio de lo desconocido
- No pudo Magallanes, a pesar de
emplear la máxima energía, impedir que los marineros, tras la abstinencia de un
viaje varios meses, acosaran a las mujeres de sus anfitriones; en vano intentó
poner freno a su violencia, y hasta castigar a su propio cuñado Barbosa por
quedarse durante tres noches en tierra; sin embargo, el desenfreno parece que
se agravó después de su muerte
- 6 de noviembre ven elevarse a lo
lejos unos montes, las alturas de Ternate y Tidore. Las benditas islas están
allí
- 8 de noviembre de 1521 tocan tierra
en Tidore, una de las cinco benditas islas con las cuales Magallanes soñó toda
la vida
- Se decide unánimemente que el
Trinidad intente, una vez reparado, atravesar de regreso el océano Pacífico
para alcanzar por el Panamá la España ultramarina, mientras el Victoria, a
favor de los vientos favorables, hace rumbo de regreso por Occidente, a través
del océano Indico
- Los comandantes de los dos barcos
que ahora, al cabo de año y medio de vida común, están frente a frente a punto
de darse el adiós ?Gómez de Espinosa y Sebastián de Elcano?, lo estuvieron
ya otra vez en momentos decisivos. Aquella noche memorable de la sublevación en
Puerto San Julián, el entonces maestre de armas Gómez de Espinosa fue el más
fiel apoyo de Magallanes; su audaz puñalada reconquistó el Victoria, salvando
así la continuación de la ruta. Sebastián de Elcano, entonces un joven
"sobresaliente" vasco, se puso, en cambio, aquella noche al lado de
los amotinados: con su ayuda, los otros rebeldes dominaron el San Antonio.
Agradecido Magallanes, recompensó al fiel Gómez de Espinosa y perdonó,
indulgente, a Elcano.
- Mientras Espinosa con sus compañeros
de glorias y fatigas, tripulantes del Trinidad, al cabo de indecibles andanzas
y sufrimientos caerá sin fama y la Historia, ingrata, se olvidará de él,
coronarán las estrellas con un destello de inmortalidad la frente de quien
precisamente quiso poner obstáculo a la acción de Magallanes, del agitador un
día contra el almirante: Sebastián de Elcano
- Cuarenta y siete hombres, oficiales
y marineros, van a emprender el regreso en el Victoria, y cincuenta y uno
permanecerán en Tidore al cuidado del Trinidad
- En Tidore, la gente de Magallanes se
ha enterado, por un refugiado portugués, de que el rey Manuel ha dictado orden
de apresamiento contra los barcos de Magallanes y que sean hechos prisioneros
sus tripulantes, considerándolos como piratas
- 15 de febrero de 1522. Salen de un
Puerto de la isla de Timor
- Treinta y uno de los cuarenta y
siete españoles, y tres de los diecinueve indígenas, quedan en total cuando el
cansado barco se acerca, por fin, a las islas de Cabo Verde el día 9 de julio,
después de cinco meses de navegación ininterrumpida
- Aunque el Victoria cuenta solamente
con dieciocho hombres a bordo, muy pocos, en verdad, para la entrada en España,
Elcano manda levar anclas y montar las velas a toda prisa... Es una huida, pero
una huida hacia la gran victoria, la definitiva
- Los hombres que habían ido a la
playa para comprar víveres traen, asombrados, la noticia de que en Cabo Verde
es jueves, mientras a bordo les aseguraban que era miércoles.
- En su vuelta al mundo, siempre con
rumbo al Oeste, se les habrá escapado un día, por razones inexplicables, a los
navegantes, y cuando Pigafetta comunica el singular fenómeno, el mundo
ilustrado se admira. Se ha descifrado un secreto que ni los sabios de Grecia,
ni Ptolomeo, ni Aristóteles, pudieron concebir, y que el impulso de Magallanes
estaba destinado a revelar; al fin se ha probado, por la observación exacta, lo
que Heráclito de Ponto había dado como hipótesis cuatrocientos años antes de
Jesucristo: que la esfera del mundo no permanece fija en medio del universo,
sino que se mueve con ritmo singular sobre su propio eje, y que quien la sigue
en su giro navegando hacia Occidente puede arrebatar tiempo a la eternidad
- Pedro Mártir se hace aclarar
inmediatamente el fenómeno por un "hombre docto", y lo comunica al
Emperador y al Papa
- Porque ya a punto de llegar al
término, les amenaza una nueva catástrofe. Las viejas tablas del barco se
desencajan y el agua se filtra sin interrupción. Intentan remediarlo por medio
de una bomba
- 13 de julio salieron de Cabo Verde
los dieciocho héroes; por fin, el 4 de septiembre de 1522, casi tres años
después de haber salido del hogar, un grito ronco de júbilo parte de la gavia.
Alguien ha avistado Cabo San Vicente
- En este 6 de septiembre del año 1522
fue coronado el hecho más grande de la navegación.
- el tribunal del Rey, y con una
imparcialidad digna de ser notada declaró sospechosas a ambas partes. Tanto los
capitanes sublevados como el fiel Mesquita fueron encarcelados, a la vez que se
prohibía salir de la ciudad a la señora de Magallanes, que aún no sabía que
fuera viuda
- Por qué razones este diario de
Pigafetta desapareció sin que quedara la menor huella, sólo podemos sospecharlo;
dolosamente, con el tiempo hubo empeño en oscurecer lo que hacía referencia a
la oposición de los oficiales españoles contra el portugués Magallanes, para
hacer triunfar más rotundamente a Elcano, el hidalgo vasco
- Quien cosecha toda la gloria y los
honores y dignidades es precisamente aquel que, en el momento decisivo, quiso
poner obstáculos a la realización y se levantó contra Magallanes: Sebastián
Elcano. Queda solemnemente expiado su antiguo delito: la venta de un barco a un
extranjero, o sea lo que, en cierto modo, le impulsó a refugiarse en la flota
de Magallanes, y le es asignada una pensión vitalicia de quinientos florines de
oro. El Rey lo eleva a la categoría de hidalgo y le otorga un escudo que señala
simbólicamente a Elcano como ejecutor del hecho inmortal
- la injusticia sube de punto con la
recompensa a aquel Esteváo Gomes que había desertado en el estrecho de
Magallanes, y que ante el tribunal de Sevilla afirmó que no se había hallado el
paso y sí únicamente una bahía abierta. Esteváo Gomes precisamente, que con tal
descaro negaba el descubrimiento de Magallanes, recibe un titulo de nobleza por
el mérito "de haber hallado el paso como guía y primer piloto"
- Y cuando un día de otoño del año
1913 el presidente Wilson aprieta en Washington el botón eléctrico que abre las
compuertas del canal de Panamá, y con ello une para siempre ambos océanos, el
Atlántico y el Pacífico, queda el estrecho de Magallanes reducido a la
inutilidad
Publicada en 1938