viernes, 22 de septiembre de 2023

JORGE JUAN : el sabio español olvidado




En 1734, Felipe V recibió la solicitud de su sobrino Luis XV de Francia para que permitiese que una expedición de científicos franceses accediese al virreinato de Perú; desde allí deseaban realizar unas importantes medidas del meridiano cerca del ecuador terrestre. El rey español accedió, pero con una condición: en una Real Orden dispuso «elegir dos de sus más hábiles oficiales, que acompañasen y ayudasen a los académicos franceses en todas las operaciones de la medida», y esta elección recayó sobre los dos cadetes guardamarinas que más destacaban en la Academia de Cádiz. Sus nombres eran Antonio de Ulloa y Jorge Juan. Cuando la expedición gala llegó a Cartagena de Indias, el 15 de noviembre de 1735, les estaban ya esperando los dos jóvenes guardamarinas. Con edades de 19 y 21 años, habían sido ascendidos precipitadamente a tenientes de navío de la Armada para que su graduación fuese acorde con la responsabilidad encomendada. Pero los dos españoles no iban a tener una tarea fácil. Inicialmente, los científicos franceses los menospreciaron, aunque pronto se darían cuenta de la valía de los dos jóvenes y pasarían a confiar en su buen hacer. Antonio de Ulloa, que quizás tenía mayor vocación militar que científica, adoptó el papel de cronista de la expedición. Su libro Viaje a la América Meridional narraría, al final de la expedición, de una manera vívida todos los avatares a que se vieron sometidos durante los nueve largos años que duró el viaje. Por su parte, Jorge Juan emprendió las tareas más técnicas con gran dedicación, y profundizando en ellas de una manera que asombró a los franceses. Su obra en colaboración con Ulloa, Observaciones astronómicas y phisicas, es mucho más técnica que el otro libro de Ulloa. Aquí recoge Jorge Juan, en integridad y con todo lujo de detalles, el trabajo técnico que fue llevado a cabo por la expedición. El objetivo específico de los académicos era medir un arco de meridiano a lo largo de más de 350 kilómetros, desde Quito a Cuenca, abarcando un ángulo de unos tres grados. Hay que tener en cuenta que las medidas se realizaban a una altitud promedio de 3.500 metros y que algunos picos de los Andes, como los volcanes Pichincha, casi alcanzan los 5.000 metros. Las medidas acabaron concluyendo que la Tierra era achatada por los polos, refrendando así la teoría de la gravedad de Newton. Fue un hito científico de primera magnitud y, para Jorge Juan, supuso un éxito enorme: cuando nuestro hombre llegó a Brest, el 31 de octubre de 1745, y desde allí pasó a París, la calidad de su trabajo se impuso rápidamente. Pronto fue nombrado miembro de la Academia de Ciencias de París. Posteriormente, habiendo sido enviado por el Gobierno español en comisión oficial a Londres, sería acogido como miembro de la Royal Society. Su prestigio iría aumentando de manera ya imparable durante toda su vida. Los franceses se referían a él como «el sabio español». Desde Francia, Jorge Juan llegó a Madrid en 1746, donde fue recibido con cierta frialdad. Felipe V había muerto y, bajo Fernando VI, la Marina y la Secretaría de Estado no mostraron mucho entusiasmo por sus logros. Fue el Marqués de la Ensenada quien vio enseguida el potencial de este singular marino, que podría serle sumamente útil para desarrollar su política naval. Ensenada le envió a Londres en 1749 con varias misiones secretas: allí hizo de espía adoptando el nombre de Mr. Josues y de allí tuvo que regresar al cabo de 18 meses disfrazado de marinero raso. En 1750 fue ascendido a capitán de navío; su carrera seguía progresando meteóricamente. En 1752, Juan fue nombrado director de la Academia de Guardamarinas de Cádiz, con el objetivo de implantar las enseñanzas más avanzadas de la época. Allí desarrollaría una labor ejemplar, contratando a profesores competentes y relegando a quienes no consideraba capacitados. Fundó el Observatorio de San Fernando (que hoy sigue activo) en 1753, dotándolo con los mejores aparatos de la época y manteniendo correspondencia de sus observaciones con las academias de París, Londres y Berlín. Nuestro sabio tenía entonces 40 años. En Cádiz, permanecería dedicado a las técnicas de navegación y a la construcción de arsenales. Pero viajaba a menudo para atender las múltiples tareas que se le encomendaban, sobre todo la construcción de diques y arsenales en diferentes puntos de la geografía española. En 1767, Carlos III le nombró embajador extraordinario en Marruecos, para llevar a cabo una difícil misión que concluyó con la firma de un Tratado que satisfacía las principales aspiraciones españolas. En 1770, Jorge Juan regresó a Madrid aceptando la dirección del Real Seminario de Nobles, una institución (especie de universidad privada) que había caído en decadencia tras la expulsión de los jesuitas. Es aquí donde poblicó su gran obra, Examen Marítimo, fruto de 14 años de trabajo, que pronto se convertiría en referente mundial para la construcción naval. Y es también en Madrid donde desarrollaría la idea de fundar un nuevo observatorio, que respondiese al interés creciente por la astronomía que se estaba viviendo en el país. Si el de Cádiz estaba consagrado a la aplicación de la astronomía a la navegación, a imagen del de Greenwich, el nuevo observatorio estaría más consagrado a la astronomía per se, tomando como modelo el observatorio de París. El Real Observatorio de Madrid no sólo sigue en pie tras más de 230 años de actividad, sino que está viviendo algunos de los momentos más brillantes de su historia. En una esquina del parque del Retiro, ha sido declarado recientemente Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el marco del Paisaje de la Luz. Y, en este incomparable entorno, mantiene una actividad científica vibrante y vanguardista. Pero no todo fue brillante en la vida de Jorge Juan. Defensor del heliocentrismo copernicano, como correspondía a todo hombre de ciencias instruido de su época, Juan siempre fue sospechoso para la Inquisición. En 1763, a los 50 años de edad, escribió un corto ensayo sobre el Estado de la astronomía en Europa en el que mostraba su profundo disgusto. Refiriéndose al movimiento de la Tierra alrededor del Sol, escribió: «¿Podrá ningún Católico sabio entender esto sin escandalizarse? Y quando no hubiera en el Reyno luces suficientes para comprehenderlo ¿dexaría de hacerse risible una Nación que tanta ceguedad mantiene?» El sabio español se quejaba así de algunos de los prejuicios que han persistido en España durante siglos hacia el método científico, prejuicios que contribuyeron a que las ciencias no progresaran aquí al mismo ritmo que en las naciones de nuestro entorno. Estoy plenamente convencido de que no hay ninguna maldición que impida a los españoles dedicarnos a la labor científica con inteligencia, entrega y éxito similares a los de nuestros vecinos. Apodado Euclides por sus jóvenes compañeros de la Academia, Jorge Juan podría servir de modelo a tantos alumnos y alumnas aventajados que estudian en nuestros colegios y que podrían ser valorados, estimulados y motivados para llegar a ser científicos, ingenieros o inventores. Pero, aún hoy, nuestro errático sistema educativo parece empeñarse en ignorar la excelencia y en dar la espalda a nuestros jóvenes talentos. A sus 60 años, Jorge Juan estaba en Madrid enfrascado en la construcción de máquinas de vapor, siguiendo las ideas que emergían en Inglaterra. Pero esta tarea fue truncada por un agravamiento de la salud de nuestro hombre, que le conduciría a la muerte el 21 de junio de 1773. Quizás si su fallecimiento no hubiese sido tan prematuro, España no habría perdido el carro de la Primera Revolución Industrial, que se basó, muy específicamente, en la máquina de vapor. La inmensa figura de Jorge Juan nos recuerda ahora, en el 250º aniversario de su fallecimiento, que, durante la Ilustración, España no fue una nación atrasada y carca, como parece que, a veces, algunos están empeñados en hacernos creer. Los hombres de ciencia españoles estaban al tanto de los avances que tenían lugar en el resto de Europa y eran tan capaces como sus colegas extranjeros. La vida del sabio español fue tan asombrosa que, de haber sido francés o anglosajón, habría servido de argumento para una serie de Netflix o similar. Ojalá que esta efeméride sirva para rememorar la figura de uno de nuestros mayores genios nacionales, para hacérsela descubrir a quienes no la conocían, para ofrecerla como modelo a nuestros jóvenes y para hacérsela recordar al amplio sector de la ciudadanía española que la mantiene injustamente olvidada.

Para mas informacion: Rafael Bachiller es astrónomo, director del Observatorio Astronómico Nacional (IGN) y autor de 'El universo improbable' (La Esfera de los Libros)

Publicado en EL MUNDO el 23 Junio de 2023

martes, 19 de septiembre de 2023

EL ANCHO MUNDO de Pierre Lemaitre

 


Pierre Lemaitre (1951) autor tardio pero de gran exito estos ultimos años. En esta obra sigue la tonica comenzada en "Nos vemos alli arriba" narrando de una manera muy fluida las aventuras y desventuras de la famillia Pelletier, derivados de los huidos al final de la otra novela. No es tan entretenida pero merece la pena, se lee rapido debido a que se trata de un puro dialogo.
Destacar:
-El gobierno frances a renunciado a exterminar a los viets, y en el fondo ha hecho bien porque es imposible: los comunistas son como las ladillas, crees que te has deshecho de ellas, pero siempre quedan unas cuantas y eso basta para que vuelvan a pulular.
-Entre una Francia que coloniza y un Viet Minh que aterroriza, la secta es la unica solucion para tener un poco de paz.
-Nosotros tambien tendremos que enfrentarnos a un escandalo, pero no sera el primero ni el ultimo;se creara una comision para enterrar el asunto, lanzaremos algunas noticias para distraer al publico y dos meses despues todo quedara sepultado en el olvido.
-H.G.Wells en el prologo de su libro "A proposito de Dolores", hice: Toma un rasgo de esta persona, otro de aquella, coge algo prestado de un amigo de toda la vida, o de alguien a quien apenas has visto en el anden de una estacion mientras esperas el tren.A veces, incluso aprovechas una frase o una idea de la cronica de sucesos del periodico. Asi es como se escribe una novela. No hay otra forma.
- E General Paul Legentilhomme de la Francia Libre mandaba la 1ª division de Infanteria de la Francia Libre, en el frente de Damasco en junio de 1941 tuvo que enfrentarse a las tropas farncesas de Vichy que fueron derrotadas. Esta fue la Batalla de Levante en general muy escondida por todos. 

Titulo original " La Grand Nonde" editado el 2022.por Pinguin Random House .
Traduccion en 2023 por Jose Antonio Soriano Marcos.





lunes, 4 de septiembre de 2023

TREN NOCTURNO de Martin Amis

 

No había leído nunca a Martin Amis (1949-2023), su reciente muerte me lo ha puesto encima de la mesa.

El thriller policiaco que narra en esta novela es un poco banal y algo absurdo, pero escribe estupendísimamente.

Se lee con mucha facilidad y la novela te la bebes.

Destacar:

-El suicidio es un tren nocturno, un tren que te lleva velozmente a la oscuridad, No podrás llegar tan rápido de otra forma.Compras billete y subes a bordo. El billete te ha costado todo lo que tienes. Pero no hay trayecto de vuelta. Este tren te lleva al interior de la noche, y te deja en ella.

-Nunca abrio las cartas del banco porque no tenia que hacer nada relaccion con ella.Eran cartas que no necesitaban respuesta.Si señor, eso es disfrutar de una saludable situación financiera. eso es colocar "la pasta" en el lugar correcto.

-Hawking entendio los agujeros negros porque podía mirarlos fijamente. Los agujeros negros significan olvido. Significan muerte. Y hawking lleva mirando fijamente  la muerte toda su vida adulta.


Titulo original: Night Train. Publicada en 1997

Traduccion Jesus Zulaika.  Editorial Anagrama 1998

domingo, 3 de septiembre de 2023

LOS DIARIOS DE ADÁN Y EVA de Mark Twain


 Un librito muy bien encuadernado a todo lujo de detalle e ilustrado por Francisco Meléndez, con unos dibujos muy simpáticos sobre Adán y Eva.

Escrito por Mark Twain (Florida 1835- Redding 1910) a final de su vida entre 1893 y 1905. 

Algo muy curioso del autor , comento en 1909 :"Yo nací con el cometa Halley en 1835. El próximo año volverá a pasar y espero fervorosamente irme con él. Si así no fuera, seria la mayor desilusión de mi vida."

Estractos:

- Adán: Esta nueva criatura de pelo largo se entromete bastante.Siempre esta merodeando y me sigue a todas partes.Eso no me gusta; no estoy habituado a la compañía.

-Adán: Me construí un refugio contra la lluvia, pero no pude estar en paz. La nueva criatura se metió en él. Cuando trate de sacarla, le salió agua por los agujeros con los que mira...

-Adán: ¡ Ella me acusa a mi de ser el causante de nuestro desastre ¡.

-Adán: Después de todos estos años, veo que estaba errado acerca de Eva al comienzo;es mejor vivir fuera del jardín con ella que dentro sin ella. ¡ Bendita la manzana que nos unió y me enseño a conocer la bondad de su corazón y la dulzura de su espíritu ¡.

-Eva: Me parece una criatura mas interesada en descansar que en ninguna otra. A mi me agotaría descansar tanto. Me pregunto para que sirve; nunca lo vi hacer nada.

-Eva: Adrede me mantuve lejos de el,con la esperanza de que se sintiera solo y volviera. Pero no lo hizo.

-Eva: Si no hubiera nada que descubrir, seria aburrido. Incluso tratar de descubrir y no descubrir es tan interesante como tratar de descubrir y descubrir, y tal vez más.

-Eva: No es por su cortesía que lo amo...no,no es por eso. Él me ha herido, pero no lo critico; es una peculiaridad de su sexo, creo, y él no hizo se sexo....................Entonces ¿porque lo amo? Simplemente porque él es masculino, creo.

-Eva: Si, ceo que lo amo simplemente porque es mioy es masculino.No hay otra razon, supongo. De modo que pienso: que esta clase de amor no es producto del razonamiento ni estadística. Solo llega -nadie sabe de donde-y no puede explicarse. tampoco es necesario que lo haga.




2010 Ilustraciones de Francisco Meléndez y traducción de Patricia Willson

                                          Edición de Libros el Zorro Rojo . Primera edición 1915