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La pelicula STEFAN ZWEIG , ADIOS EUROPAAño 2016Duración 106 min.País:Austria AustriaDirector: Maria SchraderGuion: Maria Schrader, Jan SchomburgMúsica: Tobias WagnerFotografía: Wolfgang ThalerReparto: Tómas Lemarquis, Barbara Sukowa (primera mujer de SZ), Nicolau Breyner, Charly Hübner, Lenn Kudrjawizki, Ivan Shvedoff, Josef Hader, Harvey Friedman, Nahuel Pérez Biscayart, André Szymanski, Matthias Brandt, Nathalie Lucia Hahnen, Oscar Ortega Sánchez, Vincent Nemeth, João Cabral, Márcia BreiaProductora:Coproducción Austria-Alemania-Francia; X-Filme Creative Pool / Idéale Audience / Maha ProductionsSinopsisBiografia sobre el intelectual austriaco Stefan Zweig, centrado en los años de exilio del famoso escritor y activista social. Zweig fue uno de los personajes más irrepetibles del siglo XX. Como judío se vio obligado a huir de su país debido al régimen nazi. En su huida hacia adelante, se refugió en París primero y, más tarde, en Londres, pero Zweig acabó huyendo de Europa junto a su esposa a Sudamérica, instalándose finalmente en Brasil, donde acabará suicidándose en 1942 debido a su miedo a que el nazismo se extendiera por todo el mundo.
- El trabajo de dirección es bueno , una forma original de relatar una biografía, pero al final se hace pesada pues no le imprime ninguna emoción a la vida de un personaje que lo define como plano de pensamiento. ¿Era así Stefan Zweig? Yo no lo imaginaba así. Nos nuestra una persona timorata y al fin y al cabo cobarde, no solo por su suicidio sino por su pensamiento.
miércoles, 26 de abril de 2017
jueves, 20 de abril de 2017
La novela DORA BRUDER del Premio Nobel de Literatura de 2014 Patrick Modiano (1945)
Interesado por el tema de los judíos en la Francia de la Segunda Guerra Mundial, cojo con interés este libro. El prologuista lo pone por las nubes, bueno el sabrá por que.
El autor se sumerge en una investigación para saber que ha sido de esta chica judía, el interés posiblemente le viene por similitudes con sus padres también judíos.
Pero al final se queda en una descripción bastante precisa de las calles donde aconteció la vida de la protagonista comparando como son en la actualidad. Hace referencia a documentación oficial que existe sobre los judíos deportados a campos de concentración por los funcionarios franceses pero sin profundizar, sin mojarse. Una pena pues el tema me interesaba.
En resumen una cierta decepción al leerla.
Algunas anotaciones:
- Dice el prologuista Adolfo Garcia Ortega: "El tema es frecuente en Modiano, sobre todo en Rue des boutiques obscures o en la novelización de su guión, para Louis Malle, de Lacombe Lucien, película que convulsionó Francia donde sin piedad escarbaba en los fantasmas del colaboracionismo".
-El 13 de mayo de 1940, cuatro días después de la llegada de Dora al pensionado del Sagrado Corazón de María, a las mujeres súbditas del Reich y ex austríacas les había llegado el turno de ser convocadas al velódromo de invierno y de ser internadas durante trece días. Luego, al acercarse las tropas alemanas, habían sido trasladadas al campo de Gurs, en los Bajos Pirineos.
-El 13 de mayo de 1940, cuatro días después de la llegada de Dora al pensionado del Sagrado Corazón de María, a las mujeres súbditas del Reich y ex austríacas les había llegado el turno de ser convocadas al velódromo de invierno y de ser internadas durante trece días. Luego, al acercarse las tropas alemanas, habían sido trasladadas al campo de Gurs, en los Bajos Pirineos.
Sobre este tema ver la etiqueta " Velodromo de Invierno " de este Blog
Publicado por Edition Gallimard 1997
Publicada en español por Seix Barral en 2009 Traducción de Marina Pino Ynsa
martes, 18 de abril de 2017
viernes, 14 de abril de 2017
Combatientes en la sombra
de Robert Gildea narra la historia de aquellos franceses que se enfrentaron a los nazis. Un trabajo solvente que desarrolla una parte poco conocida de la Segunda Guerra Mundial y que intenta dejar a un lado los mitos de la Resistencia.
de Robert Gildea narra la historia de aquellos franceses que se enfrentaron a los nazis. Un trabajo solvente que desarrolla una parte poco conocida de la Segunda Guerra Mundial y que intenta dejar a un lado los mitos de la Resistencia.
La primera imagen que
surge, sin lugar a dudas, en el imaginario de un español sobre la resistencia
francesa contra la ocupación alemana durante la II Guerra Mundial son las
películas Arde París o El día más largo.
Recientemente, la historiografía española ha puesto en valor el papel fundamental
en la liberación de los republicanos españoles refugiados en el país vecino
como consecuencia de la victoria de los Nacionales en abril de 1939: una parte de ellos
alistados en las escuetas fuerzas de la Francia Libre de De Gaulle, especialmente en la famosa 9ª, y otros en las
partidas de maquis, sobre todo comunistas, que nacieron como consecuencia de la
invasión de la URSS por Alemania en el verano de 1941, ya que hasta esa fecha
los comunistas franceses colaboraban activamente con los nazis fruto del Pacto
Molotov-Ribbentrop que había convertido a Hitler y a Stalin en aliados.
Es de señalar que en la
extensa bibliografía de profesor Gildea, fellow del Worcester College,
no cita un solo autor español de los que tratan la fundamental presencia
española en el maquis galo. ¡Europa empieza en los Pirineos!
Al menos para los historiadores británicos incluso ante del Brexit.
La historia de la Resistencia francesa ha tenido poco recorrido fuera de la
propia Francia ya que, como señala el autor, muy poco
tenían de que presumir en el contexto histórico épico que es la II Guerra
Mundial.
Para hacer frente al
trauma de la derrota en seis semanas en 1940, y a años de colaboracionismo en
Francia, se tejió el mito de que la
Resistencia había comenzado el 18 de junio de 1940 cuando De Gaulle estaba
aislado en Londres; que sólo un puñado de miserables había colaborado con los
nazis, mientras un puñado de héroes había iniciado la lucha apoyado por la
inmensa mayoría del pueblo francés. Por último, aunque la deuda militar con
los Aliados era importante y que algunos extranjeros habían participado
puntualmente en la Resistencia, Francia había sido liberada por los propios
franceses.
La realidad fue que sólo una minoría de franceses optó por integrarse en la
Resistencia, mientras que la mayoría del pueblo francés vivió el fin de la
guerra como un alivio, confió en que el mariscal Pétain defendería sus intereses
y convivió más o menos pacíficamente con las fuerzas de ocupación alemana. Como
afirmó uno de los líderes de la Resistencia, Emmanuel
d`Astier de la Vigerie: “creo que uno solamente se podría haber unido a la
Resistencia si era un inadaptado”.
pesar de todo esto, de la visión distinta que
comunistas y gaullistas han querido transmitir sobre la Resistencia francesa, y
de sus intereses enfrentados y sus ocultaciones, el libro de
Robert Gildea viene a contar de forma solvente esta parte desconocida de la
Historia de Francia, de la II Guerra Mundial y de muchos españoles y de otros países de Europa
que combatieron en suelo galo junto a un puñado de franceses.
Escribe una historia con
nombres y apellidos, sin grandes batallas ni enormes unidades, ya que es la guerra de unos pocos, muy pocos, en su enfrentamiento con el
ejército más poderoso de Europa hasta su derrota en el Frente Ruso a partir de
1943.
En unos momentos en que
la Ley de Memoria Histórica vuelve a dividir a los españoles, conocer el caso
francés, sus errores y aciertos en su tratamiento histórico y político de su
propia historia, puede ser una fuente de
inspiración para los políticos y ciudadanos de a pie de España.
Señala Robert
Gildea que “los mitos son relatos
desarrollados para definir la identidad y las aspiraciones de grupos de
personas o de países enteros y no necesitan basarse en hechos históricos
probados”.
En 1972 Pompidou afirmó: “¿Acaso no ha llegado ya la hora de correr un velo
sobre esa época en la que los franceses se odiaban mutuamente y se despedazaban
y mataban entre sí?”.
Al igual que en España, como vimos en el articulo de Herman Tertsch, en Europa y en Francia en particular tambien temen hablar de la realidad, para proteger la mentira historica que se protege oficialmente.
Etiquetas:
De Gaulle Charles,
Gildea Robert,
Resistencia Francesa
jueves, 13 de abril de 2017
El ensayo LA PRINCESA DE EBOLI del insigne historiador Manuel Fernandez Alvarez.
Narra la historia a partir del asesinato de Juan de Escobedo, el 31 de marzo de 1578. Este es nada menos que el secretario de don Juan de
Austria, el hermano del Rey. En el ojo del huracan esta Antonio Perez, secretario de Felipe II y Ana de Mendoza y de la Cerda, viuda de Ruy Gómez
de Silva, el que había sido gran privado del Rey. La futura princesa de Éboli, ya marcada desde la cuna por su alto
linaje, como biznieta del gran cardenal Mendoza (aquel cuyo poderío era tanto
bajo los Reyes Católicos que el pueblo lo llamaba «el tercer Rey de España»),
nació en 1540. Doña Catalina de Silva, la esposa de Don Diego Hurtado de Mendoza, segundo conde de Melito, da a luz en Cifuentes (Guadalajara) a una niña a la que pondrá por nombre
Ana el 29 de junio. El conde de
Melito era un personaje de la Corte de Carlos V, al que el Emperador nombrará
Presidente del Consejo de las Órdenes Militares.
En 1552 la prometen con Ruy Gomes de Silva, un joven afortunado que había entrado en España, en
1526, con el séquito de la emperatriz Isabel. Desde la más tierna infancia del Príncipe Felipe,
Ruy Gomes de Silva se convirtió en algo más que en compañero de juegos: en el
amigo, en el confidente y, en definitiva, cuando el Príncipe se hizo hombre, en
su privado. Las Capitulaciones para el casamiento de Ruy
Gomes de Silva con doña Ana de Mendoza, se celebran entre S. A. el príncipe don
Felipe y los condes de Melito, pues el rango del novio no era el correcto sin el apoyo del futuro rey. De manera que hacia 1557 ya tenemos a doña
Ana de Mendoza como una mujer casada con el principal personaje de la Corte de
Felipe II; una situación normalizada en 1559, con el regreso definitivo del Rey
a España y de su privado, Ruy Gomes de Silva despues de la estancia en Inglaterra como consecuencia del matrimonio con Maria Tudor.
Existe una pugan de poder entre Don Fernando Álvarez de Toledo, III duque
de Alba, y mayordomo mayor del Rey, y Ruy Gomes de Silva, príncipe de Éboli,
que era el auténtico privado de Felipe II. En la sombra el secretario del rey Antonio Perez.
Entre 1560 y 1564, se puede
afirmar que la princesa de Éboli está en la cumbre de su poder. Es la mujer del
privado del Rey y su protagonismo en la Corte lo va a realzar todavía más
convirtiéndose al menos en la amiga, tanto de la Reina como del Monarca. No existen pruebas pero la cabe suponer que Felipe II y la princesa de Eboli tuvieron relacciones intimas.
Antonio Pérez había recibido una exquisita
formación universitaria a nivel europeo. Su padre, verdadero o supuesto,
Gonzalo Pérez, el Secretario de Estado, le había mandado a estudiar a algunas
de las mejores universidades europeas (Lovaina, Venecia, Padua; y en España,
Alcalá y Salamanca). A su regreso a España, Gonzalo Pérez lo incorporó a la
Secretaría de Estado, donde pronto demostró su talento. De forma que, a la muerte
de Gonzalo Pérez, el Rey dividió la Secretaría de Estado en dos secciones (la
del norte, que abarcaba Flandes y Alemania, y la de Italia), y encomendó a
Antonio Pérez la de Italia, de la que tomó posesión en 1568, a poco de su boda
con doña Juana Coello.
A la muerte del principe de Eboli, todos los indicios apuntan a que Antonio Pérez acabó metiéndose en
la cama de la princesa de Éboli, la pregunta obligada es: ¿quién sedujo a
quién? Para mí, fue Ana de Mendoza, una especie de mujer fatal del siglo XVI,
como la juzga Gregorio Marañón. Eran las ansias de poder.
Juan Escobedo es conocedor de todas las intrigas y negocios del corrupto Antonio Perez, por eso este convence al rey ,de que por influencias de Juan Escobedo, que su hermano D Juan de Austria esta desde Flandes preparando un golpe de estado contra la corona. Felipe II autoriza a Antonio Perez a eleminar a Juan Escobedo, es por lo cual es asesinado. Felipe II pudo comprobar entonces el engaño en que había caído y sin duda
hicieron mella en él las protestas de fidelidad de don Juan de Austria y aquel
lamento suyo por la muerte de Escobedo. En noviembre de 1578 murio en los Paises Bajos D.Juan de Austria.
Estaba en marcha la operación de Lisboa,
pues no olvidemos que la muerte del rey don Sebastián de Portugal en
Alcazarquivir, en el verano de 1578, había planteado la gran cuestión de Estado
de la sucesión al Reino portugués, del que Felipe II se consideraba como el
heredero con mejores títulos. Se decía que la princesa de Éboli había
tenido recientemente relaciones con la casa de Braganza, que era una de las
aspirantes a tan notable sucesión regia en Portugal, de echo el hijo de la Princesa de Eboli se casa con Ana de Portugal y Borja , señora de Monovar.
El 28 de julio de 1579, el cardenal
Granvela llegaba a Madrid. Se entevisto con el rey. Aquella misma tarde Felipe II despachó con Antonio Pérez
con toda normalidad. Mas cuando el Secretario se retiró a su domicilio, se
encontró con lo inesperado: la orden del Rey de su prisión. A la misma hora, con un calculado golpe de
efecto, era detenida también la princesa de Éboli; en este caso, presentándose
en su morada don Rodrigo Manuel de Villena, como Capitán de la guardia española
del Rey.
La etapa de los cautiverios de la princesa
de Éboli en sucesivas prisiones, duraría ya lo que el resto de su vida. Sin
embargo, aun dentro de esa penosa época en que carece de libertad, hay tres
periodos bien marcados. El primero, que nos lleva hasta finales de 1582, cuando
Felipe II decreta desde Lisboa, el 8 de noviembre de aquel año, la muerte civil
de la Princesa; esto es, su incapacidad jurídica para gobernar su casa y para
administrar los bienes y cuidar de las personas de sus hijos. Lo cual era
anular todo el testamento de Ruy Gomes que, como hemos visto, dejaba a Ana de
Mendoza como tutora de sus hijos y administradora de la casa de Éboli. La segunda etapa, muy larga, duraría hasta
1590, año en el que, tras la fuga de Antonio Pérez al Reino de Aragón, la furia
del Rey se cebó con la indefensa Princesa para extremar el rigor de su prisión;
una larga etapa, por lo tanto, de unos ocho años. Y finalmente una tercera, ya
más breve, en la que Ana de Mendoza viviría casi emparedada, en unos extremos
de rigor verdaderamente crueles, hasta que le llegó la muerte el dos de febrero
de 1592.
¿Por qué Felipe II actuó siempre contra ella, a partir de 1579, de forma
arbitraria, y con tanta saña, saltándose los más elementales principios de la
Justicia ordinaria?. A mediados de los años sesenta se produce una fisura en la relaccion de la princesa y el rey ¿Por qué? Probablemente por la inoportura intervencion de la princesa en algun asunto relaccionado con Eufrasia de Guzman, la entonces amante del rey. Por otro lado parece que el rey intenta impedir que Ana de Mendoza hable sobre la muerte de Escobedo. Tambien no hay que olvidar la intervencion en la sucesion de Portugal.
De este modo Felipe II hizo bueno el dicho que corría por la Corte : " su risa y su cuchillo iban tan juntos que a todos ponía espanto", algo que Ana de Mendoza aprendería, bien a su pesar y a su costa.
Ver la entrada EL CASTILLO DE DIAMANTE de Juan Manuel de Prada.
Publicado en 2009
miércoles, 12 de abril de 2017
Miedo a la verdad
HERMANN TERTSCH -12/04/
2017
El miedo a la
verdad es una
fuerza poderosísima capaz de cualquier cosa, como ya nos enseñan las Sagradas
Escrituras. Porque mientras se llega, si se llega, a la sabia convicción de que
la verdad nos hace libres, el hombre teme que la verdad le deje en peor lugar.
En las últimas semanas se les ha visto mucho el miedo a los grandes guardianes
de la actual historia oficial de la Guerra Civil.
El libro de Manuel Álvarez Tardío y Roberto
Villa García titulado "1936,
fraude y violencia" ha tenido dos tipos de reacciones. Por un
lado han salido cuatro o cinco voces a descalificarlo. Torpe y falazmente, hay
que decirlo. Por el otro, han callado como meretrices todos los medios que
tanto ruido suelen hacer sobre libros vulgares del sectarismo zurdo sobre la
Guerra Civil. En esto son eficaces. Para eso tienen monopolio mediático gracias
a la falta de complejos de la izquierda y a la cobardía y la indolencia de la
derecha. Porque muchos de ustedes no habrán oído hablar del libro de Álvarez
Tardío y Villa García. Cuando deberían tenerlo ya en casa medio empezado.
Porque es todo un acontecimiento histórico que debería haber ocupado las
portadas de diarios y revistas, y durante semanas haber abierto informativos,
protagonizado debates, programas monográficos y encuentros divulgativos.
La obra
de investigación prueba minuciosamente que las elecciones de febrero de 1936
que dieron la victoria al Frente Popular
sufrieron un masivo fraude. Con estudios nunca realizados antes
sobre documentación oficial se prueba que la extensión y la calidad del fraude
en toda España cambió el signo del resultado. Los dos historiadores insisten en
que ellos no hacen consideraciones ideológicas o políticas. Pero los guardianes
del mito de la Santa República de Inmaculada
Democracia han
visto el enorme peligro que se cierne sobre sus predios de cultivo intensivo de
la buena conciencia izquierdista. Cualquier duda sobre el planteamiento de
"República democrática buena" frente a "golpismo fascista malo" es descalificado como "franquismo" o
intentos de justificar el golpe. Tienen miedo a saber que no quedaba democracia
tras los golpes de 1934 y el fraude de 1936. Miedo a saber que el Frente
Popular no tenía ni la razón política ni la razón moral. O al menos no toda,
como pretende hoy el dogma impuesto.Es el
miedo a la verdad de una izquierda reaccionaria. Que considera la
versión de la historia convenientemente manipulada una propiedad tan
incuestionable como los huesos de Lorca para Ian Gibson.
El 4 de abril moría en
Roma a los 92 años Giovanni Sartori,
grande entre los más grandes de la ciencia política. Tuve el privilegio de
tratarle durante unos años y me fascinó por su brillantez, su ingenio y su
finísimo humor. Este le sirvió en los últimos lustros para encajar con elegante
soltura y mucha sorna los embates del fanatismo y la estulticia de la
corrección política. Que le llegaron de una izquierda de la que él procedía,
pero cuyo dogmatismo, falta de inteligencia y valentía para la verdad fustigó
con finura florentina, cuando no maquiavélica. Después de publicar "La
Sociedad Multiétnica. Pluralismo, Multiculturalismo y Extranjeros" en 2000
comenzó a ser mal visto el antes adorado Sartori. Porque expuso las verdades
que tanto teme la izquierda aferrada como nunca a sus dogmas. Mantuvo que el
multiculturalismo genera guetos y dinamita la democracia. Y que la inmigración
sin control, limitación y exigencia de integración es una bomba para la
sociedad libre. Y Sartori se convirtió –con Oriana Fallaci– en otro
"descarriado que alimenta la xenofobia".
El miedo a la verdad
arrastra a Europa, secuestrada por los guardianes del dogma, a la catástrofe. Y
en España el cerrojo está en su gran mentira: el antifranquismo.
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