jueves, 14 de junio de 2018


UN ARTISTA DEL MUNDO FLOTANTE de Kazuo Ishiguro (1954)
Este japones de nacimiento y británico desde su niñez es Premio Nobel de Literatura de 2017.
La novela se desarrolla después de la Segunda Guerra Mundial, Japón comienza a levantarse de entre sus cenizas. En los meses que van desde octubre de 1948 a junio de 1950,  Ono, un anciano pintor, recuerda su vida y reflexiona sobre su carrera artística, en un intento por comprender una realidad cada día más ajena. Lo único interesante de esta novela, a mi parecer, es el profundizar en el pensamiento y la idiosincrasia del pueblo japones. Destacar:
Con la jubilación se tiene más tiempo. Uno de los placeres de estar jubilado es poder marcarse el propio ritmo día a día, con la tranquilidad de no tener que preocuparse más por el trabajo ni los grandes éxitos
-Pues que ¿sabe qué hacen ahora los que mandaron al frente a jóvenes como Kenji para que murieran valientemente? Siguen viviendo, y sus vidas no han cambiado gran cosa. Algunos, incluso, viven mejor que antes.
-Hombres jóvenes y valientes que han muerto por causas estúpidas, mientras que los verdaderos culpables siguen entre nosotros, temerosos de mostrarse como lo que son y admitir que son los responsables.
-Está bien que haya democracia, pero eso no implica que los ciudadanos tengan derecho a organizar una revolución cada vez que no están de acuerdo con algo. A los japoneses nos han enseñado a comportarnos como niños, y ahora tenemos que aprender el sentido de responsabilidad que supone la democracia.
-debo decir que me cuesta comprender cómo un hombre que se respeta a sí mismo puede evitar durante mucho tiempo la responsabilidad de las acciones cometidas. Aunque no sea fácil, reconciliarse con los errores que hayamos podido cometer a lo largo de nuestra vida siempre produce satisfacción y orgullo. Mucho más si se trata de errores que cometimos de buena fe. Lo que de verdad es vergonzoso es no poder o no querer reconocerlos.
-Yo soy el primero que piensa que muchas de nuestras antiguas costumbres hay que hacerlas desaparecer para siempre, pero... ¿no cree que a veces junto a lo malo nos deshacemos también de cosas buenas? La verdad es que en este momento Japón parece un niño que aprendiera de un adulto extranjero.
-Sus tentativas de introducir las corrientes europeas en la tradición de Utamaro le valieron el calificativo de antipatriota.

Titulo Original An Artist of the Floating Wold  Publicada por Faber & Faber London 1986
Traducción Luis Ángel Hermandez Francés Publicada por Anagrama 2006

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