"Los Ojos sin Rostro" y "La Piel que Habito"
Cinco coincidencias DEMENCIALES.
La película de George Franju (1960) y la de Pedr@ Almodovar (2011) son tan manifiestamente similares en toda una serie de escenas y de argumentos que a mi me resulta escandaloso. Veamos:
1.- Tanto el doctor Génessier
(Pierre Brasseur) de ‘Los ojos sin rostro’, como el almodovariano Robert
Ledgard (Antonio Banderas) son viudos, hieráticos, más o menos geniales y
vanguardistas en su oficio que se nos presentan en la narración con sus
discursos técnicos sobre el transplante facial. Ambos actúan por un mal ocurrido
a sus hijas. Génessier experimenta con perros. Ledgard con insectos.
2.-Christiane Génessier (Edith Scob, una actriz desconocida por entonces)
se pasa la mitad de ‘Los ojos sin rostro’ con una inquietante máscara blanca,
muy parecida, por cierto, a su cara real. Vera (Elena Anaya) también tiene ojos
de cierva, y, como Christiane, exaspera la mirada ausente, fuera de plano.
Christiane dice que es una “cobaya”, Vera un “juguete”. Tanto la una, como la
otra, son esfinges melancólicas y, de un modo imprevisible, terminan con su
“creador”, aun siendo ellas el sujeto amado de aquél. Vera proviene de una
venganza: antes se llamaba Vicente. Y el personaje que interpreta Antonio
Banderas, en el culmen de la sordidez, le transforma a Vicente, por violar a su
hija, no ya en mujer, ¡si no en su propia mujer!, que se desfiguró en un
accidente de tráfico y saltó por la ventana. Christiane perdió el rostro
también en un accidente de tráfico, por culpa de su padre, que conducía. Aquí
el papel culpable que le da Franju.
3.-La ayudante.Con este personaje se cierra el triángulo dramático
principal de las dos obras. Louise (Alida Valli) y Marilia (Marisa Paredes),
encarnadas por dos actrices muy carismáticas, son así el factótum del profesor.
Las dos son asesinadas por la cautiva sin esperarlo, y las dos lanzan una frase
final antes de expirar. Ambas sienten una incondicional gratitud hacia su amo.
Louise tiene una presencia mucho más fuerte en la trama.
4.-Tanto la mansión del Doctor Génessier como ‘El cigarral’ de ‘La piel que
habito’ son, de un modo u otro, el escenario de varias muertes. Ambas tienen
una sala quirúrgica abajo y a la cautiva subiendo unas escaleras (figura, la
escalera, que se hace muy expresiva y patente en ambas).
5.-Los investigadores. El papel de los investigadores, los
rescatadores termina siendo, a la postre, inútil. Por un lado, en ‘Los ojos sin
rostro’, está al rescate la comisaría de policía de París y el que fuera novio
de Christine. En la película de Almodóvar está el colega médico de Ledgard,
Fulgencio (Eduard Fernández). Tanto en ‘Los ojos sin rostro’ como en ‘La piel
que habito’ sus directores debían tener muy seguro que la frágil mujer herida
debía tomarse por su entera mano el papel vengador.
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