Se trata de una historia real sobre la liberación de unos rehenes norteamericanos procedentes del asalto a la Embajada USA en Teheran en 1979, simulando la realización de una película. Muy entretenida y bien llevada desde el punto de vista cinematográfico. La ambientación es perfecta, mostrando muy correctamente esa forma de ser y de exaltarse de los árabes. Te deja un poco helado, una vez más la permanente critica de los americanos hacia sus politicos-administracion, sobre las decisiones que toman del problema. La realidad es que al final el presidente J. Carter metió la pata hasta el fondo.
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